El próximo fin de semana son las elecciones P.A.S.O (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), evento sin sentido si los hay, por el costo en lo económico, recursos utilizados y pérdida de tiempo con la sola idea de "ver" que tendencia hay en la gente. Si vamos al caso, los que opten por un partido elegirán los candidatos que les guste -en el mejor de los casos- o que les ordenen votar los armadores y listo. El número obtenido no significa nada en lo más mínimo para los otros partidos.
Dejando esto de lado sabemos que estas elecciones -como todas- traen aparejadas las típicas campañas donde no hay una sola propuesta sino una lucha de los precandidatos contra Macri y en las que puede verse que todos y cada uno de los candidatos (que hablan) juegan una carrera donde el que grita y amenaza más, debería ganar. Y después están los que directamente no hablan, pero bueno, son los menos.
Por ejemplo, la semana pasada estuvo el Ministro Frigerio en campaña con los candidatos por Cambiemos (Atilio Benedetti y Alicia Marcuard) más un diputado y un senador nacional, y un intendente vecino, radical. El único que habló fue, justamente, Frigerio. No se escuchó la voz de los precandidatos. La venida del ministro habló de la clara preferencia de Macri por Benedetti y Marcuard, precandidatos oficialistas y mucho menos de los acompañantes salvo la de Monfort para decir que era la última pregunta.
Por la tarde de ayer en una recorrida que hicimos por la Costanera, pudimos apreciar que en el puerto estaban haciendo campaña de una lista interna peronista -o justicialista- y en la esquina de la Planta Potabilizadora, estaban haciendo lo mismo una de Cambiemos. Ahora, sabemos que Cambiemos es la "alianza" de la UCR y el Pro, cuestión que nos sorprendió ver que en ese lugar había pocas personas vinculadas con el primero (UCR) y nos preguntamos dónde estaban los demás radicales. Claro, la duda se aclaró al instante, dado que por lo que suponemos -no los vimos- deberían estar haciendo campaña por la línea de la precandidata Gracia Jaroslavsky, de origen radical que integra la otra lista, aún sabiendo que el apoyo del "jefe" es hacia una en particular.
Sabemos que dentro de todas las listas que participarán sean del partido que sean, están siempre las que tienen la preferencia de la "jefatura" del partido, por lo que justamente estas PASO pasan a ser un circo sumamente caro. Y previamente armado.
Es para pensar entonces que los integrantes ucerreístas de Cambiemos -partido oficialista a nivel nacional, opositor a nivel municipal- deberían, en el mejor de los casos, unirse en pos de un fin común, aunque más no sea para presentar los precandidatos a la cámara baja, y no "promocionar" listas separadas, sabiendo que por no estar "auspiciada" en todo el sentido de la palabra por el jefe casi estaría condenada al fracaso.
Es claro que cada uno tendrá sus ideas y es loable luchar por ellas, pero es también importante saber definir hacia dónde hay que ir dentro de las internas y, tal como se ha marcado históricamente en la política, negociar posturas. Esto es algo que se ha hecho siempre sin dudas, y en todos los ámbitos partidarios, sin importar la ideología: la negociación por sobre todas las cosas. Sin embargo, parece que hay una rama de esta política que aún no se ha dado cuenta.
Sabiendo esto, estas internas que existen dentro de los partidos donde el no compartir ideas significa pelear hasta por el escritorio sumado a la poca idea del "armador" político, hacen que la respuesta a la pregunta "¿por qué no ganan una?" sea demasiado clara.
Lucas M. Beber
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