El sábado pasado transmitimos en vivo la concentración de ciudadanos uruguayos y argentinos realizada en cercanías del puente, donde se reclamaba por la apertura de fronteras sin requerir PCR previo, para poder volver a ver a familiares después de más de un año de aislamiento entre los dos países.
Ahora bien, el argumento del gobierno uruguayo es por una cuestión de salud y protección por la pandemia, por lo cual investigamos un poco los números...
En nuestra ciudad, por ejemplo, tenemos 4 casos activos al 18 de octubre, mientras que en Paysandú hay 25 casos positivos en el Departamento (no sólo en la ciudad) al 23 de octubre, de acuerdo a información de la Dirección Departamental de Salud de Paysandú (fuente: El Telégrafo).
Respecto al porcentaje de vacunados, en el Departamento sanducero 90.109 ciudadanos recibieron al menos la primera dosis; 85,187 tienen la segunda dosis y 34.521 personas han completado las tres, de acuerdo a lo informado por Ministerio de Salud Pública de Uruguay. Mientras tanto, en nuestro Departamento hay 50.155 personas con la primera dosis, 39.435 don la segunda dosis aplicada y 446 con la única dosis, cifras del Monitor de Vacunación del Ministerio de Salud de la Provincia (con una demora de una semana en la carga de datos).
Como vemos, la vacunación está por buen camino. Ahora veamos un poco el lado económico: la cotización del peso uruguayo en nuestro país es $U 1 = $AR 2,26, lo que marca una amplia diferencia a favor del vecino país.
Y este es el detonante principal de la negativa de Uruguay de abrir las fronteras con Argentina: la pata comercial, dado que por obvias razones el ciudadano sanducero -por poner un ejemplo- va a venir a Colón a comprar lo que quiera a menos de la mitad de precio de lo que vale en esa ciudad, produciendo así una caída en las ventas en la vecina ciudad, lo que lleva al gobierno uruguayo a proteger su comercio interno, prohibiendo la apertura de fronteras alegando razones de salud.
Cuando vemos un poco atrás en el tiempo, podemos observar que hasta no hace mucho los argentinos marchabamos a Paysandú a comprar por la misma diferencia de precios respecto al tipo de cambio, y ningún funcionario y/o político de ninguna de las dos ciudades dijo absolutamente nada. Como vemos, la economía fluctúa permanentemente y lo que ayer benefició a un lugar, hoy beneficia a otro.
El problema no sería la "salud" de los habitantes de ambas orillas del Uruguay, sino un tema económico. Y eso deriva en un tema político que requiere hoy una solución inmediata: abrir las fronteras.
#YoOpino
