Según la RAE, la realidad es la "Existencia real y efectiva de algo" y "Verdad, lo que ocurre verdaderamente". En cambio rumor significa "Voz que corre entre el público".
Muchas veces los rumores tienen más peso que las realidades y son, obviamente, totalmente diferentes porque el "rumor" sale de una "verdad" distorsionada y cuanta más personas cuenten esa "verdad" a otros, siempre tiene un agregado o una quita de algo que la convierte en forma automática en "rumor".
Por ejemplo, supongamos un caso de "realidad": vemos al vecino charlando con una vecina, en la esquina, casi en secreto. El que lo ve, ni siquiera sabe que están hablando pero su mente más rápida que la luz imagina algo, cualquier cosa, y le cuenta a un amigo "vi a Cacho y la Pocha charlando en la esquina, andá a saber de que estarán hablando" tras lo cual el amigo hace algunos aportes sobre la posible charla y se empieza a comentar lo que ellos suponen que estarÃan hablando, creando asà un "rumor". Pero el rumor es peligroso porque juega en contra de las dos personas (el Cacho y la Pocha) que estaban hablando quizás de un perro que les ensució la vereda, pero la realidad distorsionada (el rumor) dice que estaban tramando un encuentro clandestino. El problema final lo tiene luego cada uno de los que estaban hablando (otra vez el Cacho y la Pocha) claro, porque deberán explicar -llegado el caso- la charla mantenida y casi un 95% de la gente que lo escuche no lo creerá, aunque se someta al detector de mentiras. Y este "rumor" fue creado sin pensar demasiado, solo salió de una charla de dos personas y se "viralizó".
Y estas cosas, los rumores, son los que nadie puede comprobar, pero las realidades si. Y llevando esta diferencia de significados -y palabras- a la vida de la ciudad, vemos que un determinado grupo de personas, allegadas al circulo polÃtico especÃficamente, se encargan de crear rumores que, una vez manejados y pulidos por determinado grupo, quedan como realidades de las cuales los afectados deben dar explicaciones que, obviamente, nunca son creÃdas.
Ya nos ha pasado y por lo que vemos dÃa a dÃa, seguirá pasando. El tema es que no hay que confiar en los "rumores" y sà buscar las "realidades". Y eso es lo que no hacen, justamente, quienes atacan a los demás con rumores y arman toda una movida en torno a ellos, encontrando en eso una forma de proteger su propia ineptitud para resolver los problemas que aquejan en realidad, a todos.
La polÃtica, señores, esa polÃtica que tenemos en esta ciudad (y en varias otras, claro), es el arte de generar rumores para que los demás crean que ellos -los polÃticos- son los atacados, los pobres indefensos, las blancas palomitas de la paz, los que son permanente e injustamente vapuleados por cierta parte de la sociedad, los que poniendo la cara de indefensión preparada teatralmente hacen creer a determinada franja de la ciudadanÃa que al final son, para variar, vÃctimas, intentando asi permanecer ocultos en una nube de humo y seguir sin hacer nada... y crear más rumores. Y la realidad, como está pasando, los golpea de una manera tan brutal que cuando logren darse cuenta de ello, no van a conseguir que alguien les crea ni el "buen dÃa".
Y esto ya está pasando.
Lucas M. Beber
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