Dado que ésta será la última publicación del año, haremos un repaso de lo que pasamos en 2017. Empezamos por Obras Públicas, tuvo mucho trabajo este año, pero no se notó demasiado. Muchas veces se dijo que la ciudad estaba avanzando y que las obras estaban ya proyectadas, para un lapso de 5 a 10 años. Claro, las calles de antaño que eran de ripio ahora son de broza, total y completamente tóxico, y están hechas un desastre. Las cañerÃas de agua se fueron cambiando, dado que en aún hoy hay de asbesto cemento y por los años (más de 40) cualquier cambio de presión, hace que se destruyan. La falta de presión del vital elemento, dada por la antigüedad de los mismos caños que no la soportan, hace que muchos sectores de la ciudad hoy no tengan agua y por lo que se pudo saber, no la tendrán fácilmente en varios dÃas. La respuesta más escuchada es que el rÃo está bajo y la bomba no puede “chupar” bien. Sin embargo en este año se hicieron pozos con sus respectivos tanques, lo que ha paliado un poco la situación de determinados barrios, pero la calidad del agua es distinta: ésta es salada. Se están asfaltando algunas calles, pero la calidad de la obra hace pensar que, cuando sea el momento de cambiar de sector de pavimentado, la cuadrilla de bacheo ya habrá trabajado lo suficiente en la terminada. La "Cuenca Salta", obra hÃdrica de desagüe pluvial sumamente importante para la ciudad, quedó abandonada. La iluminación ha visto un progreso, pero sólo en la zona céntrica, los alrededores y barrios siguen con la misma iluminación antigua.
Respecto a la salud, el Hospital San BenjamÃn pasó de estar en manos de Claudia Sánchez, Directora, a ser dirigido por una comisión reguladora, nombre de ciencia ficción para llamar a una intervención. Nada se ha visto mejorado respecto a la atención de los pacientes, sean internados o en la guardia, y los médicos y enfermeros están en pie de guerra porque hay muchas cosas que vienen de mal en peor, como las guardias, justamente. Se terminó el quirófano, centro neurálgico de un Hospital Departamental. Pues recién inaugurado y con la primera lluvia, se filtró agua desde el techo, cayendo directamente en los tableros electrónicos, cortando el servicio eléctrico en un momento previo a una cirugÃa. El revoque no está bien, dado que empezó a florecer, producto de la misma humedad filtrada. En la ciudad contábamos con Centros de Salud provinciales y municipales. Pues de los tres centros provinciales, sólo queda uno, los otros dos pasaron a manos del municipio. Cuestiones polÃticas básicas, dado que los mismos estaban conducidos por un médico que fuera candidato a intendente, que no es afÃn al administrador actual.
Yendo al tema turÃstico, y sabiendo que Colón es la "capital del turismo entrerriano", vemos que no hay demasiado, más que disfrutar de las playas, siempre y cuando no crezca el rÃo. Hay un solo cine, un teatro (el más antiguo está cerrado y próximo a desaparecer), un shopping, las termas, un par de museos y el Palmar. Y listo. No hay una planificación y estructura como para albergar la cantidad de turistas habituales un dÃa de lluvia y con chicos por ejemplo.
Pasando a la Cultura, este año que se nos termina trajo algún que otro evento cultural, pero casi en exclusiva relativo a música. De acuerdo a lo que hemos visto a lo largo de estos seis últimos años de gestión, la cultura pasa por la música y no hay otra cosa. Sin embargo, en el caso de grupos locales que han querido presentarse en la Casa del Bicentenario no lo han podido hacer, dado que desde el municipio les piden una participación en las entradas o bien un canon. Salvo, claro, que el grupo que quiera utilizar las instalaciones sea el mismo donde el director de Cultura es el baterista. El teatro existe sólo en lugares privados, salvo algunas excepciones (pocas).
Y la polÃtica local ocupa un lugar especial, claro, porque el año nos trajo muchas cosas raras de golpe. Por ejemplo, tuvimos la casi expropiación por parte del municipio, avalado por el entonces presidente del CGE, Panozzo, de un terreno que pertenece a la Escuela Granja, lo que termino en un recurso de amparo, con marchas y protestas de alumnos y ciudadanos en general. Luego vino el intento por parte del intendente de donar un terreno de alto valor económico e histórico como El Mangrullo al sindicato de Luz y Fuerza, obteniendo una vez más el repudio generalizado, lo que provocó que intentara regalar un terreno que hoy está cedido al Golf Club y una vez más el enfrentamiento con la sociedad. Al final, el sindicato en cuestión compro el Hotel Internacional local, y por lo visto no necesitaba un regalo, lo que las mentes perversas conjuran otras cuestiones. Otro tema interesante es la contaminación del rÃo Uruguay que si bien no es el único sector, sà el más turÃstico de la costa de este rio. Se ha negado sistemáticamente a reconocer los Ãndices vertidos por la CARU e insiste en que los valores no son "taaaan" altos, pero las cloacas siguen arrojando su contenido al rÃo, las piletas de oxidación arrojan su contenido sin tratar al mismo lugar y el basural a cielo abierto hace lo mismo con sus lixiviados.
Este fue un resumen quizás inconcluso, dado que de escribir el año completo llenarÃamos el Libro Gordo de Petete.
Lucas M. Beber
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