En nuestro espacio, tanto en la página web como en las redes sociales, tratamos temas cotidianos, reales, de mucha o poca complejidad, siempre con palabras claras que informen lo que pasa tal y como es, sin partidismo sino con lo que vemos pasar frente a nuestros ojos y nadie parece percibirlo. Muchas veces hemos sido tratados como “pagos” por tal o cual polÃtico de turno, o hasta opositor por hablar de las acciones –o quizás inacciones- del oficialismo actual, sea quien sea el funcionario a cargo del tema tratado.
Sin dudas, eso causa malestar en determinada franja social y en ellos mismos, dado que muchos festejan y felicitan al funcionario sin siquiera entender o saber de qué se trata en realidad lo que aplauden, pero con el miedo latente de pasar a formar parte de la fila de los “enemigos polÃticos” si no adulan a la figura. Pero muchos solemos ver más allá de lo que se hizo, y descubrimos siempre alguna cuestión oculta hacia la generalidad pública que se empeñan en ocultar. Hasta ese momento, claro.
Uno de los temas fundamentales que venimos tratando es la contaminación que tenemos en nuestra ciudad, que mayormente proviene del sistema cloacal, las piletas de oxidación y los residuos dispuestos a cielo abierto, en una zona donde viven muchas familias a su alrededor. El tema del basural es evidente y cualquiera puede acceder a verlo: los residuos generan lixiviados (lÃquido resultante de un proceso de percolación de un fluido a través de un sólido que arrastra gran cantidad de los compuestos presentes en el sólido que atraviesa), altamente contaminante. Al estar sin tratamiento alguno, estos lÃquidos generan un curso que va a parar a un arroyo y de ahà al rÃo en forma directa. El olor que se puede sentir en la zona de la desembocadura en el arroyo es evidente. Otra cuestión vinculada con el basural es la generación de los gases altamente combustibles, que pueden generar incendios de un momento a otro. Y esto puede verse a simple vista especialmente un dÃa caluroso, cuando mirando fijamente podemos percibir la “cortina” de gases generados y liberados sin ningún tipo de control ni protección para el vecino.
Respecto a las piletas de oxidación (tratamientos de residuos cloacales) no tienen mantenimiento ni cerco perimetral desde hace ya mucho tiempo, lo que produce que su funcionamiento decaiga al 5% aproximadamente, generando asà el problema de filtrar al rÃo el liquido prácticamente sin tratar. También a su alrededor hay muchas familias viviendo.
Y el sistema de cloacas no da a basto, claramente. Si bien las bombas están equipadas con sensores y conectadas a un sistema que permite saber al momento cómo están trabajando, muchas veces vemos por los ductos de rebalse salir todo lo que a esa bomba llega, arrojando su contenido al arroyuelo natural, el que es transportado sistemáticamente a uno de los dos arroyos de la ciudad y de ahà al rÃo. Y se puede sentir el olor nauseabundo a varios metros de distancia. El rÃo no solo se alimenta de los arroyos locales sino también de ciudades como San José por ejemplo, los cuales presentan exactamente el mismo problema, sumado a la cantidad de agrotóxicos que ha en la zona y nadie (nadie = polÃtico) parece ver ni reconocer.
Sumado a todo esto está la CARU, entidad binacional que emite informes mensuales durante el año y semanales en temporada estival, los cuales muestran los Ãndices bacteriológicos que tienen las playas del Uruguay. Y en nuestra ciudad no son particularmente bajos, claro está. Pero cuando preguntamos sobre este tema a los funcionarios, la única respuesta que obtenemos es una cimparativa entre Colón y otros ciudades circundantes.
Gracias a todo esto que está pasando y la polÃtica parece no reconocer ni aceptar, y que nosotros informamos que pasa, nos hemos visto situados en un grado casi de destructor del turismo, industria local por excelencia. Pero lo que parecen no darse cuenta de la realidad es que los que están realmente destruyendo esto no somos nosotros, los medios que hablamos del tema, sino ellos mismos, los polÃticos, revestidos en la inactividad e inoperancia que va desde el mismo Intendente Mariano Rebord hasta su director de Medio Ambiente Gaspar Rebord (hermano), pasando por el Secretario de Gobierno Gustavo Blanc y todos los intermedios que de una u otra forma, no hacen nada para que esto pase a ser un mal recuerdo.
Ya hemos tenido varias menciones por parte de la polÃtica local en los medios abonados –por decirlo de alguna manera-, por lo cual agradecemos particularmente al Secretario Blanc su mención del miércoles pasado en uno de los medios radiales donde acudió para ser entrevistado, donde se nos volvió a acusar de mentirosos y que con las publicaciones en los medios, especialmente en éste, atentábamos contra el turismo, fuente de ingresos de mucha gente en la ciudad. Pero déjenos decirles algo, funcionarios: no atacamos al turismo, sino que cuidamos al turista. Esa es la diferencia entre nosotros, sobre todo porque primero como ciudadano y luego como medio de información, exponemos lo que generalmente ustedes no quieren ver. Y la metodologÃa polÃtica en general es negarlo para que no exista.
Claramente debemos estar haciendo las cosas bien. Porque molestamos.
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