El Concejo aprobó, dentro de algunas cosas buenas, la creación de la Banca Ciudadana. Es un espacio dentro del Concejo para cualquier ciudadano que tenga un proyecto o inquietud para presentar ante los ediles y que tenga el trato, llegado el caso, de un proyecto más dentro del poder legislativo municipal. Quien escribe hizo uso de ese espacio presentando un proyecto que, hoy, duerme en algún cajón de manzana en forma de archivo en la comisión de Hacienda del mismo concejo, por una cuestión meramente política.
Volviendo al tema, la última presentación de la Banca Ciudadana estuvo a cargo de Jesús Vulliez, quien llevó una propuesta de recuperación, ordenamiento y puesta en valor del bajo costanera. El proyecto en sí, es interesante como preservación de un espacio verde y ganar un lugar que hoy esta totalmente abandonado, pero fundamentalmente se trata de seguir con la línea de playas por un tramo de 600 metros, desde el puerto hasta el balneario Piedras Coloradas. Hace mención de la zona que tiene una extensión de 250 metros, desde Noailles hasta la bajada de calle Paso, dado que menciona un monte con especies naturales y otras exóticas, invasivas y no recomendables para ese espacio. Como sugerencia respecto a las intervenciones que serían necesarias, se mencionan muchas de gran importancia y sencillo desarrollo, pero ya desde el principio comienza quitando árboles, donde menciona que se debe reemplazar el sauce por otra especie más ornamental. Luego en otro párrafo se menciona la extracción de las especies exóticas con excepción de algunos fresnos y que con algunos que hayan alcanzado una altura considerable, efectuar podas de corrección para permitir la visión desde la costanera (entorpecida por culpa de éstos árboles), sin embargo se pide un espacio con sombra. Y una de ellas que dejamos para último como regalito, es que solicita que los tubos que desagotan líquidos cloacales se prolonguen más lejos de la orilla, para no tener esa contaminación en el lugar.
Esta presentación fué girada por el Concejo Deliberante a la Comisión de Arbolado Público, quien "deberá" emitir su opinión respecto a la forestación actual del espacio que se quiere convertir. Pero claro, ya tenemos una experiencia respecto a un árbol, concretamente un eucalipto que, por construir un camino costero decidieron quitarlo sin que éste haya molestado para nada en la obra.
Ahora, la "decisión" final quedaría en manos de la Comisión de Arbolado. Y en ella participan personas con amplio conocimiento sobre el tema que deberían proteger cueste lo que cueste los árboles, más la Asamblea Ambiental que debería proteger el medio ambiente, más dos concejales: (Silvia Vallory y Gastón Villanova) quienes deben velar desde la parte "política" por el bienestar de los arboles (ponele).
Pero... fijate que curiosidades nos brinda la política, que se habría vendido el hotel Quirinale... al gremio de Luz y Fuerza ¿se acuerdan de este caso, no? (intento de regalar El Mangrullo, el Golf...) Bien, el tema es que este sindicato quiere una playa, y entonces con este proyecto la tendría. Y ahi puede ser que los políticos que integran la comisión de arbolado "luchen" por hacer más turistico el espacio, lógicamente. Porque el pensamiento es que hay que mantener la industria local, sin que importe nada más, dado que si importara, iría en contra del progreso (Rebord dixit).
Veremos, después de esto y en caso de llevarse adelante la obra, cuántos árboles realmente quedan de pié. Y de qué sirve la Comisión de Arbolado, si uno solo se tira abajo. Y por lógica, cuánto tiempo tardarán en hacer de un lugar natural y residencial, una playa quizás hasta innecesaria.
Para muestra, basta un botón, decía mi abuela. Y tenía razón, hay varios botones y aún la ciudadanía no ha querido aceptarlo.
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