No se trata de un tesoro, claro. No se trata de una recompensa, del bienestar general, de la cura a todos los males ni de la juventud eterna.
Se trata de algo más simple, de algo que permita vivir cuatro años más a costa del estado, que permita cobrar un buen sueldo haciendo cosas que en realidad no son soluciones definitivas a los problemas, sino más bien repartir migajas de algo que, para colmo, ni siquiera les pertenece.
Seamos sinceros: ¿quién no ha donado de su propio haber cosas para, por ejemplo, inundados? Y en esos casos, ¿esperamos una retribución a cambio? ¿La exigimos? Muchas personas han hecho eso, han sacado de su propio bolsillo, producto de un sueldo, de una jubilación, de ingresos del comercio, para ayudar a gente que necesita. Sin embargo no han publicado nada, porque no interesa la propaganda sino que "el otro", aquel que necesita algo y no puede tenerlo por sus propios medios, pueda acceder a tenerlo por la ayuda de los demás. Todo lo que va, en cierto momento vuelve, claro.
Pero hay situaciones que ya cansan, que todos ven pero nadie dice ni hace nada porque el que lo dice o hace termina con problemas. Sin embargo, esa forma de hacer política, esa forma económica para el político que está ocupando el cargo y que lo que entrega, lo que dona, lo que gestiona en realidad lo pagamos todos, es usado para una campaña, para que salgan en la foto, para que estén en boca de muchos lo "buenos que son".
Hoy la diputada entregó un calefón a un jardín maternal y esta la foto. Hizo entrega de sumas que van desde 25.000 a 100.000 pesos a una radio, una fundación, un club y un centro de jubilados. ¿Está mal lo que hace? Quizás si, porque hay cosas que no son "públicas", digamos, pero bueno, aceptemos la ayuda del estado. El error es el "cómo" se le dá, no lo que dan, ¿se entiende?
Es la foto, la publicidad, la actitud propagandista de entregar algo que en definitiva lo pagamos todos. No está mal -quizás- lo que se dá, sino la metodología, el fin buscado, la foto encontrada.
Podemos ver una diferencia entre ésto que se menciona, y por ejemplo las 60 cuadras de ripio que tiene la ciudad. A ver, socialmente, ¿qué es mas importante para la ciudadanía en su conjunto? Ah, ¿viste? Pero no los vamos a ver a los políticos abrazados a un camión con ripio, por ejemplo, o felicitando al chofer, con una sonrisa para la foto.
El día que un político no haga uso de algo que tiene un buen fin para su propio beneficio, entonces ese día se les podrá empezar a creer algo... mientras tanto, seguimos viendo estas cosas y la gente cada vez empieza a notarlo más.
Y entonces la búsqueda incansable tendrá, además de la pérdida de tiempo y erario público, una figura algo... ajada.
Lucas M. Beber
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