Hace unos días apareció una nueva línea política en la ciudad, no se sabe si radical o de Cambiemos, pero apunta más al radicalismo, liderada por Martín Jáuregui. El tema es que el nombre es "Cambiemos Colón" y ahí arrancó el tema. Hay que reconocer que, en cierta forma, la idea del nombre para generar cierto revuelo dentro de Cambiemos "oficial" -digamos-.
Pero la cuestión no es qué nombre tiene o como deja de llamarse, sino las reacciones que saltaron del "otro lado" porque entre otras cosas, este "espacio" tiene una concurrencia de los más variados ideales políticos... el nombre.
Malestar entre los radicales, sorpresa entre los peronistas, sonrisas suspicaces entre otros... más el acompañamiento de Arribalzaga (intendente de Villa Elisa). Y la cosa quedaba ahí, pero desde el Cambiemos "original" salieron con un comunicado donde expresaron que, debido a los hechos ocurridos en referencia a ciertas candidaturas (que no fueron tales) informan que no están lanzando ninguna (candidatura), que están concentraros en militar y trabajar para mantener el resultado de las elecciones pasadas, que no es momento de personalismos y que tienen bien en claro que el norte está en octubre. El tema es que en octubre se vota para diputados nacionales, donde Benedetti es el candidato de Cambiemos y curiosamente es quien apoya a Jáuregui, quien trae aparejado a Frigerio, quien sostiene a Benedetti. Aunque, como reza el dicho... "aunque la mona se vista de seda, mona queda".
A lo mejor ese "apoyo" -por decirlo de alguna manera- de "la superioridad" hacia este abogado, hace que no tengan demasiado contacto desde la UCR ni del Pro, quizás por algún tipo de recelo. Y aquí es donde entrará la negociación típica de estas cuestiones, aunque ya está demostrado algo históricamente: cuando el radicalismo (o Cambiemos, es lo mismo) se pelean entre las diferentes líneas, van a internas y una gana, las demás es difícil que lo apoyen en las elecciones generales. Por eso, se diferencia tanto del PJ en todas sus variantes, quienes de un modo u otro, negociación de por medio, siempre terminan unidos. Eso es para que aprendan desde Cambiemos, obviamente.
Algo para tener en claro, es que Jáuregui es de Colón, y -ahora de nuevo- militante radical. En 2002, luego de ser el presidente de la juventud radical en la provincia y ser el vicepresidente del comité provincial, se alejó de la UCR, se fué a Concordia donde fundó un partido vecinal alineado con Jorge Busti y más tarde presidió el partido Socialista en esa ciudad. En marzo de este año retorna a la UCR con desafiliación y reafiliación de por medio.
A ver, ésta es una muestra de los recelos y antagonismos que existen dentro de todos los partidos políticos, no solo Cambiemos. Pero algo deben entender, señores políticos, y es que llegado el caso, se debe "competir" en una elección partidaria para que los afiliados decidan quién mejor lo represente. Y las sorpresas pueden ser varias, porque si tenemos en cuenta este caso en particular, a lo mejor el candidato en 2019 puede ser una mujer que hoy puede estar enojada... El tema es no llevar el enojo personal a la mesa, y aceptar ideas diferentes. Cualquier persona puede abrir una línea dentro de un partido político y trabajar desde ahí, o bien fundar uno nuevo. Pero acá lo más importante es generar revuelo y mostrar los dientes, de un lado y del otro.
A ver que pasa, porque la política no deja de sorprendernos... nunca. Y recordemos que, por más "nuevo" que sea todo, no todo lo que brilla es de oro.
Lucas M. Beber
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