por Celso Villamayor
Viejos términos si los hay, pero no por eso están olvidados en el vocabulario de la gente humilde, y que siempre tiene ese anhelo de superarse.
Recuerdo en mis tiempos de gurí cuando escuchaba esos dichos que dictaban "de ilusión siempre se vive", o "la esperanza es lo último que se pierde"... La verdad, y de manera literal, hoy en los tiempos que nos toca vivir, convivir y subsistir, si bien uno tiene esa ilusión de mejorar, progresar y que a los que nos suceden -hijos y nietos-, les vaya mejor que a nosotros, uno ve, por lo que a vivido, que la vida no se les va a hacer tan fácil.
Si bien hay muchos adelantos tecnológicos y formas o maneras de poder llegar a tener cierto poderío económico, eso lamentablemente no está al alcance de todos, solo de una minoría pudiente que llegará a obtener ciertos privilegios.
Ahora, uno no debe dejar de ilusionarse en que algún día se pueda estar mejor, aunque sea una esperanza o un consuelo. El tiempo y el mundo es tan cambiante y se dan ciclos de estados mejores o regulares, que uno debe mantener la llama de la ilusión bien alta y encendida.
Es de esperar que todos tengan esa posibilidad de mejorar su calidad de vida, para ellos y sus hijos. Uno ya no aspira a más, y para lo que uno se ilusionaba en otros tiempos creo que cumplimos metas u objetivos que nunca hubiéramos imaginado.
Pero uno piensa en los que vienen detrás y no debe claudicar en buscar la manera de dar herramientas o ayudar para que todos estén mejor en un futuro no muy lejano. El mundo no sera mundo si seguimos en este vaivén de pueblos ricos y pueblos pobres.
Que el egoísmo y el ser apático no nos gane la carrera... lleguemos a la meta final todos juntos y tomados de la mano, más allá de nuestros pensamientos ideológicos, religiosos o sociales.