Y ahà quedó ella, abandonada, bancandose la lluvia y el sol, el frÃo y el calor. Tirada como un cascote de broza en alguna de las calles de Colón. Nadie parece recordarla porque, claro, está quebrada y enredada en su propia estructura. La dejaron ahÃ, porque ya no era útil en un momento, a pesar de haber cumplido con su trabajo durante años en un sinnúmero de lugares. Y hoy está tirada.
Desde esa vereda mira la gente pasar desde hace más de un mes, como pidiendo por favor que la ayuden a pararse y continuar con su trabajo. Pero a nadie parece importarle. Nadie le presta atención, para todos sólo un pedazo de fierro tirado.
Sin dudas, algún dÃa un alma bondadosa de la Municipalidad recordará dónde quedó esta valla y, en un acto de heroÃsmo la rescate y sea restaurada, para de esa forma volver a ser quien era: una valla digna de respeto para cualquier vehÃculo...
