En nuestra ciudad se viene dando algo que ya empezamos a mostrar desde diciembre de 2019. A pesar de las promesas de campaña, la metodologÃa de gobierno es igual a lo que criticaron.
Cuando un jefe utiliza el miedo para dar órdenes a los empleados, crea un ambiente de incertidumbre y tensión. Esta estrategia genera desconfianza entre los mismos empleados, quienes se sienten manipulados para lograr los objetivos del jefe. Por esa forma de mandar, la verdad sobre lo que se lleva a cabo no existe, todo es una nube de humo.
Esto también conduce a un clima de inseguridad en el trabajo, donde los empleados temen expresar sus opiniones o cuestionar decisiones que consideran equivocadas, creando un pésimo ambiente laboral.
Cuando un polÃtico utiliza el miedo para gobernar pasa exactamente lo mismo, generando incluso temor a perder el trabajo, y la bronca de los empleados por no poder expresar una opinión o tener miedo de hablar en voz alta con un compañero se transforma en resentimiento hacia el polÃtico.
Esta administración se ha caracterizado también por tener alcahuetes en todos los sectores tanto de la administración como de las distintas cuadrillas, y si alguien se atreve a hablar mal del jefe (o la jefa) es castigado de distintas maneras, desde la no renovación del contrato hasta el traslado a la administración del cementerio en el turno tarde.
Si eso no es trabajar con miedo, entonces quizás el jefe de capital humano puede dar explicaciones reales y no salir con que "se desempeña mejor en ese sector" o "necesitamos una persona asà en ese lugar".
Gobernar generando miedo interno e incluso externo (cuando presionan a personas ajenas a la municipalidad) usando el poder que le dio la ciudadanÃa es una tiranÃa, ajena a la propaganda que nos venden de polÃticos empáticos y casi humanos.