Pro Vida por decreto: ¿el fin de la libertad de elección? - Yo Opino

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jueves, 19 de julio de 2018

Pro Vida por decreto: ¿el fin de la libertad de elección?

El día 16 de junio se trató en Concejo Deliberante de Concordia la declaración Pro Vida y Pro Familia, y el resultado fue 6 votos en contra, 5 a favor, una abstención y una ausencia, por lo que ese proyecto paso, tal como dicta la ley, a archivo. Durante el tratamiento de ese proyecto ambas líneas (a favor y en contra del aborto) estuvieron presentes.

El día 4 de julio se trató el proyecto en nuestra ciudad, con el mismo resultado, es decir, rechazado por 7 votos contra 3 a favor y una ausencia, pasando por la misma manifestación de los defensores del proyecto y los que estaban en contra.

Ahora bien, en junio de 2016 el mismo Concejo Deliberante de Concordia había aprobado por unanimidad un proyecto de ordenanza por el cual se adhería en su totalidad al Pacto de San Antonio de Padua, sin embargo el intendente Cresto decidió ayer 18 de julio, emitir un decreto para declarar la ciudad de Concordia como "Pro Vida", siendo las palabras centrales "Nosotros lo que nos comprometimos con el viceintendente es a realizar un decreto, desde el municipio de Concordia, confirmando el compromiso con el Pacto de San Antonio de Padua en todos sus términos. No solamente en la defensa de la vida desde la concepción y la defensa de las dos vidas, sino en la vida desde la concepción, pero también en el transcurso de toda la vida del ser humano". 

Esto lógicamente despertó el repudio de muchos sectores de la sociedad concordiense con manifestaciones y palabras en los diversos medios de la localidad.

Si miramos esto con cierta perspectiva, vemos que son maniobras que van más allá del pensamiento personal, dado que en estos casos los políticos deben dejarlos de lado, para no interferir con la sociedad misma, que en definitiva fué quien lo puso donde está. Vale decir que, respetando la forma de pensar de cada ser humano, el intendente (o gobernador o presidente) no debe interponer su pensamiento o ideal religioso entre la función que le dá el poder de hacerlo y la libertad de pensamiento tal como rige en la Constitución.

Claramente queda demostrado que estas maniobras dejan una marca que divide a la sociedad, ahora religiosa. Todos somos libres de pensar y opinar, claramente, por lo que -siempre dentro de mi propio pensamiento- una ciudad no debe ser declara como "Pro Vida" porque eso hace, como ya comenté, la división entre las personas mientras que la función de los dirigentes políticos es, casualmente, mantenerlos unidos.

Solamente falta que, siguiendo los pensamientos de las diferentes religiones locales, nuestro intendente decida que, aprobando la declaración "Pro Vida" en Colón, pueda llegara ganar los votos que ha perdido de a cientos en los últimos meses y, claro, poner fin a la libertad de elección y de pensamiento.

Lucas M. Beber
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