Muchos de quienes leen este espacio tienen cierta estabilidad económica y social, y están habituados a tener una determinada visión de las cosas que pasan en la ciudad. También y gracias al estilo de vida que han sabido ganarse o heredar o quizás han podido llegar con cierta ayuda, pueden vivir de determinada forma, tal vez privándose de algunos gustos, de cosas que les gustarÃa tener, de viajes, de salidas, pero en definitiva viven en cierta forma "cómoda", con un techo propio o alquilado, acorde a lo que pueden pagar y con los gustos que pueden darse de vez en cuando. Quizás no puedan salir a comprar ropa todos los dÃas pero tienen suficiente.
Sin dudas muchas veces se ha hablado de la brecha polÃtica y social sobre todo en estos últimos años, brecha que se ha visto en este último tiempo más marcada por la situación económica en general y que incluye, claramente, la parte social como la más perjudicada. Si nos ponemos a pensar seriamente, solemos ver por la televisión los noticieros que nos muestran las cosas que pasan en villas de la Capital Federal por ejemplo y pensamos en cómo vive esa "pobre gente", sin darnos cuenta que en nuestra ciudad tenemos muchos casos del mismo tipo, y no están a 400 kilómetros, sino a pocas cuadras de distancia.
El gran tema en nuestra ciudad es que muchas veces se habla de la "protección" o "ayuda" por parte del gobierno municipal y su secretarÃa correspondiente, cuando en realidad vemos que lo que se hace quizás no sea suficiente, y que es usado con finalidad polÃtica, cuando por ejemplo en reuniones a las que son convocadas mujeres de los barrios, se dá una charla polÃtica, promesas de apoyo y órdenes para retirar materiales de los corralones locales. O bien en esas mismas reuniones surgen las amenazas, polÃticas también, para que hagan tal o cual cosa "porque si no, se acaba todo"... y ese todo es la tÃpica limosna que suelen dar los polÃticos en campaña o en la búsqueda de permanencia.
Y claro, gracias a esta falencia de ayuda por parte de quien debe brindarla, surgen personas que ven la realidad por la que están pasando muchas personas, se arremangan y se ponen a trabajar para ayudarlos en serio, sin promesas de ningún tipo, sólo ayudarlos. Crean "roperos comunitarios", hacen campañas de donación de alimentos y los reparten, ayudan a quien lo necesite, sólo por hacerlo.
Obviamente estas cosas molestan a los cÃrculos polÃticos por varias razones, por ejemplo que se publique una foto del "antes y después" de lo que se hizo prestando desinteresadamente su tiempo y recursos en un intento de ayudar a quien lo necesita, porque claramente demuestra que la parte del gobierno que debe hacerlo en realidad no lo hace. Y en ese momento aparecen (por orden de quién sabe quién) los defensores de un modelo de polÃtica social que ya está en decadencia.
¿Hay personas capacitadas trabajando en el área social? Por supuesto que si, pero quizás el hecho de que sea un trabajo se transforma en una obligación y quienes deben aportar recursos para que esa persona cumpla con su función no lo vé de otra manera que la polÃtica, sin necesidad de figurar en una foto pero sà que la gente sepa "quién" la ayuda, para después ir a intercambiar la ayuda brindada en algún momento por un voto, casi obligando a quienes ayudaron, con la amenaza de no tener más ayuda para darles si no los votan.
Este modelo, esta forma de hacer polÃtica social que tenemos hoy, este sistema de ayuda a quienes lo necesitan, ha entrado en decadencia,ha demostrado ser un método antiguo de presión similar a la esclavitud, a una negociación netamente polÃtica, y ya no sirve porque a pesar de la (quizás) falta de educación, estas personas ya lo saben, ya se dan cuenta de lo que hacen y ya no quieren más esto. Necesitan ser escuchados, vistos, necesitan ayuda, una ayuda que los gobiernos han demostrado que no dan, salvo cada cuatro años.
¿Qué hacer? Pues es simple: podemos dar una mano, todos. Podemos ayudar a quienes necesitan dejando de lado nuestras vanidades, nuestros egoÃsmos, nuestra "falsa riqueza" de valores, nuestra falsa polÃtica. Podemos apoyar a quienes lo hacen sin importar los dÃas, las horas. Podemos colaborar cada uno desde su propio espacio, sin esperar nada a cambio, más que el bienestar de vecinos que por una u otra razón no pueden lograr lo que hemos logrado nosotros, en esta sociedad competitiva donde dÃa a dÃa la brecha se hace cada vez más ancha. Hace falta un puente, pero ese puente no se hace solo. Buscá una organización social privada, una ONG, y ayuda con lo que puedas, con lo que sepas hacer... con cualquier cosa que esté a tu alcance.
Y curiosamente vas a lograr dos cosas muy importante: ayudar finalmente a quien lo necesita y sentirte bien con vos mismo. Y las dos cosas, aunque no lo creas, son sumamente importantes, porque una vez que te animes y lo hagas, lo vas a seguir haciendo.
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