Pensando en la ventana - Yo Opino

Lea ahora

domingo, 18 de febrero de 2018

Pensando en la ventana

Hoy: La pirámide y el abismo

La pregunta que nos hacemos casi a diario y casi sin darnos cuenta, es ¿qué nos está pasando como sociedad? y encontramos respuestas de lo más variadas, sólo pensando un poco nada más. Una de las respuestas es que estamos en una ciudad relativamente pequeña, con poco menos de 25 mil habitantes donde supuestamente todos se conocen pero en realidad nadie conoce del todo a nadie. Y es ahí donde surge quizás el antagonismo personal porque algo que nos afecta y queda en evidencia a cada instante es, quizás, la envidia. Y no hay una envidia "sana" como decían las abuelas, sino puramente envidia de lo que otro tiene, y es donde surgen las opiniones más diversas para afectar al que lo posee inventando historias en su contra, sin siquiera ponerse a razonar el verdadero porqué tiene lo que tiene.

Otro claro ejemplo es el de la clase política gobernante, claramente arraigada en nuestra ciudad (y muchas otras) gobernando desde hace mucho tiempo con la misma ideología política o cualquiera de sus variantes actuales y anteriores pero del mismo origen, la que se ha fortalecido por las distintas personalidades políticas gobernantes que han ido asegurando su futuro para continuar de alguna forma viviendo de la misma política. Y alrededor de cada gobernante, claramente, afloran las distintas personas que, sea por confianza, afinidad, parentesco o amistad de la infancia, han sabido aprovechar las oportunidades que su amigo el gobernante les ha podido brindar para hacerse su comodidad personal -por llamarlo de alguna manera- y seguir viviendo a costa de la política misma como de lo que ha podido lograr en lo personal, originariamente gracias a la política. Ejemplos? Pues muchos. Quizás hasta demasiados, y cada uno sabrá en quien puede pensar, claramente. 

El problema es que estas personas, algunos de los cuales son obsecuentes en grado superlativo y otros no tanto (o son mas inteligentes y no lo demuestran) consideran tener una pequeña dosis de poder en sus manos que los convierte en "hombres poderosos" porque están a cargo de tal o cual cosa, o porque son "amigos de". Casos así también tenemos y muchos. Una vez más, cada uno sabrá a quien nombrar, claramente.

Y luego, en la escala mas básica de la pirámide, tenemos a los que quizás por alguna limosna de quien es el "puntero" o "dirigente barrial", convierte su vida en una dependencia ideológica casi personal y encastrada para con el gobierno de turno, defendiendo lo indefendible a como de lugar, exponiendo su defensa irreversible a quien en algún momento dejará de darle las limosnas que venía dejando caer. Y por una cuestión lógica, será en ese momento cuando esta persona, defensora del personaje público del momento, deberá pensar si valió realmente la pena todo lo que hizo para "el", pero sea cual sea su pensamiento resultante, quedará "marcado" para el nuevo dirigente.

Lógicamente, este nuevo dirigente tendrá a su vez a sus obsecuentes y defensores y declararán la guerra contra los anteriores, logrando así ampliar una brecha -o abismo- que existe en la sociedad desde hace ya poco más de 12 años, haciendo con esto que la rueda gire una vez más.

Entonces, ¿cómo podemos hacer para que esto no pase? Pues, la respuesta no es sencilla, claramente. Sólo hace falta empezar a cambiar la mentalidad de la punta de la pirámide (el gobernante o administrador) para de a poco ir cambiando las distintas capas hasta llegar a la base. Y claro, esa es una tarea simple. 

Lo difícil es solucionar lo simple.

Lucas M. Beber
#YoOpino2018
www.yoopino.online
facebook.com/YoOpinoColon