Pensando en la ventana

Hoy: Una pausa para poder seguir

El punto y coma es, para muchas personas, nada más que un tipo de puntuación para conectar dos oraciones, que de alguna forma siguen separadas. En los textos impresos, aparece siempre unido a la palabra anterior sin ningún espacio y se separa de la palabra siguiente con un espacio en blanco, como la mayoría de los signos de puntuación. Cuando pronunciamos una oración representa el final de un enunciado con tono descendente, como el del punto. De esta forma, vemos que de cualquier forma, marca una pausa, un "detenerse y seguir", un cambio de tono en lo que estamos leyendo.

Sin embargo, uno puede llevar estas reglas de la gramática a casi cualquier cosa que queramos, y en las que necesitemos un "parar y arrancar de nuevo". En mi vida personal, por ejemplo, ya lo hice en varias oportunidades (y vos en la tuya seguramente) y sólo la última fué sabiendo lo que estaba haciendo.

Si lo llevamos al territorio de la política, por ejemplo, bueno sería que todos los que hoy nos rodean en calidad de elegidos y en funciones, pensaran en un momento determinado en hacer una pausa en lo que hacen, para poder pensar y arrancar de nuevo, quizás en un camino o mirada diferente. 

Quizás haciendo eso, tomando un "punto y coma" podamos volver a ser como era antes, una ciudad en serio, con ganas de progresar, con sus calles y su río casi transparente. Quizás un "punto y coma" signifique un volver a empezar con más ganas, pensando en un futuro el cual hoy apenas puede vislumbrarse como nuboso. Quizás un "punto y coma" implique pensar que queremos para nosotros mismos al momento de hacer valer nuestros derechos. Quizás un "punto y coma" sirva para que podamos decidir cómo seguir.

Seamos realistas, un "punto y coma" no implicaría tener todo mágicamente solucionado de la noche a la mañana, sino empezar a pensar seriamente en nosotros como ciudadanos y en ellos como políticos. Claramente hace falta que nosotros hagamos primero esa pausa sin cortar el pensamiento, pero deteniéndonos a pensar en serio. Y en ese momento, justo en ese momento, cuando nosotros escribamos ese "punto y coma" con nosotros mismos, entonces podremos hacer que la política también lo tenga. Y por añadidura, la ciudad.

Tan sólo eso, un simple "punto y coma" en nuestra política para repensar todo... tan solo eso.

Es simple, no sencillo.

Lucas M. Beber
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