El sindicalismo fue creado para, en teorÃa, la defensa del obrero. Muchos años hace ya de esto (las primeras organizaciones aparecieron entre 1850 y 1887) y mucha agua ha pasado bajo el puente.
Hoy, todos los trabajadores sean del ramo que sea, están nucleados en un sindicato, y ésto funciona asà te guste o no porque hay sindicatos que obligan a los trabajadores a afiliarse por las buenas... o por las malas.
El tema es que los sindicatos son una caja económica en sà misma, dado que percibe un porcentual del salario en bruto del trabajador, y dependiendo del alcance del sindicato en cuestión, estas cifras llegan a varios millones al mes, como por ejemplo Bancarios, Luz y Fuerza, Camioneros y muchos mas.
Los lÃderes sindicales han demostrado en muchas oportunidades que no sólo no defienden demasiado a los trabajadores, sino que muestran consenso extremo en las oportunidades que el gobierno ha sido del mismo signo polÃtico del jefe sindical y eso lo hemos podido ver en muchas oportunidades en nuestro paÃs. Obviamente, también se organizan todo tipo de movidas si el gobierno no es de su "palo", cuestión que también ha sido comprobada.
Pero volvamos al tema principal... que es la plata, lisa y llanamente. Hemos visto ya en muchos casos que los "secretarios generales" no son personas humildes, por cierto, sino sindicalistas devenidos en potentados empresarios, con bienes imposibles de conseguir por vÃa normal de trabajador -al que ellos representan- y de demostrar su origen. Casos hay muchos, quizás demasiado. Y esto a su vez se debe a que el lÃder sindical es elegido por lapso fijo de tiempo pero puede ser reelecto en forma indefinida, lo que permite que estos manejos puedan hacerse sin problemas.
En diputados de la Nación hay varios proyectos, pero uno tomó resonancia ahora dadas las ultimas noticias de sindicalistas detenidos por enriquecimiento ilÃcito entre otros casos, y se trata justamente de poner lÃmites a las reelecciones de los sindicalistas y democratizarlo, el tema es que en diputados hay muchos con "filial" gremial y ésto harÃa que estuvieran en contra. El punto principal es hata dónde puede el estado -o el poder legislativo en este caso- inferir en una organización sindical poniendo los lÃmites electorales internos fijados por los propios estatutos sindicales, y hasta dónde estarán dispuestos los sindicalistas multimillonarios, a rescindir su pretensión de seguir acumulando riquezas personales y poder polÃtico.
¿Podemos seguir confiando y creyendo en los sindicalistas?
Lucas M. Beber
#YoOpino2018
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