El sábado 11 de este mes, apenas antes de ayer, paseamos por la costanera, y en el sector de los campings, vimos que habÃa un cartel de "prohibido nadar". Sin embargo, a pocos metros del lugar, un automóvil estacionado y en el agua, una persona nadando como si nada pasara.
Ahora bien, estamos de acuerdo que es un dÃa maravilloso, pero la gente sigue insistiendo en jugar con el peligro, y de parte del municipio no existen controles de absolutamente nada. Y cuando decimos "nada", es eso: nada. Y entonces uno se pregunta: si a esta (o cualquier otra) le pasara algo, ¿quién es el responsable? Y por lógica, a partir de ese momento se pondrÃan guardavidas para controlar las playas... con un muerto más en las espaldas.
Es hora que estas cuestiones empiecen a dejar de ser normales, para convertirse en sentido común y que el municipio tome las riendas de la situación, dejando de ser una simple figura constitucional para convertirse en lo que realmente debe ser: un poder ejecutivo.
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