En todos los actos políticos, dependiendo de la "categoría" del candidato visitante, hay determinadas personas que deben cubrir todo lo relativo a su seguridad y salud. Mucho más aún si se trata del presidente, claro está. En esta caso particular, la Unidad Médica Presidencial cuenta con 21 médicos para la atención exclusiva del mandatario y su familia, entre los que hay cirujanos generales, cardiólogos y emergentólogos, incluidos dos pediatras exclusivos. No todos juntos, claro está, pero estan siempre dando vueltas alrededor.
Pues bien, resulta que el presidente fue el 11 de este mes, en calidad de visita proselitista a la ciudad de La Paz (recordemos: campaña electoral) en apoyo de su "pollo" Benedetti, y resulta que, sin autorización de nadie, la médica de guardia del Hospital Pediátrico, Dra. Araceli Barrios (que además es vicedirectora del Hospital 9 de Julio de La Paz), dejó la guardia a las 11 de la mañana para ir a esperar al presidente, utilizando también utilizaron la ambulancia, dejando sin servicio de emergencia a toda la zona. Asistió en la "Unidad Sanitaria de Campaña", Darío Roberto Engelmann, director del Hospital 9 de Julio de esa ciudad, y el chofer de la ambulancia.
Ahora, veamos la parte matemática del asunto: los profesionales de la salud abandonaron sus puestos, tomaron la ambulancia a las 11 de la mañana y "cubrieron" la salud presidencial, y recién a las 17 horas el presidente dio un discurso "proselitista" de menos de diez minutos y... se fue. Mientras, la guardia quedó desierta hasta las 21hs. de ese mismo día. Y luego, estas mismas personas reclaman por el sistema de salud pública, por ejemplo.
La pregunta es: ¿hasta dónde es tolerable la utilización de bienes públicos (recursos públicos) con fines estrictamente partidarios?
Se trató de un acto político partidario, no de una visita de orden protocolar por lo que, si tenemos un poco de sentido común, estas personas deberían ser sometidas a un sumario administrativo por varias razones, entre las que podrían estar: abandono de su puesto de trabajo y uso de elementos públicos para evento político partidario, por ejemplo. Y todo el día descontado de sus sueldos, más el gasto de combustible.
Por lo visto las cosas son iguales en cierta forma, independientemente quién sea el "candidato". Y si esto hubiera pasado en actos de distinta ideología partidaria, los medios se habrían escandalizado.
Y parece ser que lo que se critica de otros, se repite ahora... ¿Como era la frase...? Ah si si, "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago".
Lucas M. Beber
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