Un caso testigo - Yo Opino

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miércoles, 2 de agosto de 2017

Un caso testigo

El 23 de junio, Isabel salía de su casa en Arroyo Barú junto a su esposo, con destino a Villa Elisa. Por causas del destino, tuvieron que tomar por el "camino viejo", y en ese camino, la moto que los llevaba fue embestida por una camioneta. Esto produjo que Isabel terminara tendida en el piso con una pierna quebrada en dos partes. Lo que no sabía era que en ese momento, comenzaba una odisea que no olvidará más.

Se llama la ambulancia del Hospital de La Clarita, la llevan al hospicio de Villa Elisa, donde es derivada al Hospital San Benjamín. Una vez allí, recibida por el médico de guardia, éste se dá cuenta que no podía hacer mucho, dado que era clínico y no traumatólogo. Le hace una placa, tras lo cual decide derivarla, porque no contaban con un traumatólogo de guardia -no trabajan los viernes-, y era necesario hacer una tracción urgente.

El médico comienza a llamar a los hospitales de Concepción del Uruguay, Concordia y Paraná para hacer la derivación, todos con resultados negativos, hasta que consigue hacerlo con Villaguay. Debieron esperar más de 3 horas hasta conseguir la ambulancia  -no estaban en Colón-. Isabel insistía en llamar a la ambulancia del Hospital de Arroyo Barú, a lo cual se negaban sistemáticamente. Es llevada a Villaguay a las 14 horas del día 23/6. En ese hospital fue atendida, y pudieron enterarse que en realidad la recibieron porque justo en ese momento había dos residentes de traumatología y su caso sirvió para la práctica de tracción. No le hicieron una toilet, y continuamente ella insistía en un dolor fuerte de tobillo a lo que lo médicos hacían caso omiso. A las 18 hs, arribaban a Colón. El lunes 26/6, el traumatólogo que tomó su caso, fue claro y conciso: tendría entre 30 y 40 días para conseguir el material necesario para operarla, y que la operación debía hacerse en la primera semana, porque cada día transcurrido empeoraría su situación. Por cuestiones comunes al lugar de residencia, su esposo consigue comunicarse con el Dr Urribarri, Director del Hospital de Arroyo Barú, quien llama al Ministerio de Salud en Paraná, donde la Ministra le pide que el Hospital San Benjamín haga el pedido, que no lo pase por protocolo y que lo haga llegar de inmediato al Ministerio, donde sería autorizado por ella y la prótesis necesaria estaría en 24 horas. Se le avisa esto a la directora...

A los pocos días los traumatólogos decidieron no verla más, dado que no tenían ya mucho que hacer hasta tanto no llegara la prótesis... y no se podía derivar a otro lado. Los días pasaron y una vez más se comunican con el Director del Hospital Chacabuco quien se vió sorprendido por ese reclamo, suponiendo que ya debía estar operada y el mismo pensamiento expresó la Ministra de Salud, pero no tuvieron en cuenta que la directora Sanchez en realidad había decidido seguir el protocolo. La Ministra prometió arreglar todo para que fuera operada el día 24 de julio pero por cuestiones burocráticas la cirugía se preparó para el lunes 31 en el quirófano del Sanatorio Médico Quirúrgico (SMQ) y se llevó a cabo con éxito.

Ahora veamos algunas cuestiones que pasaron mientras esperaban el día de la cirugía...
  • Estuvo 3 días con la misma venda que le habían puesto en el lugar del accidente, vendaje que estaba tomando un color oscuro y un olor desagradable, por lo que piden que la limpien. Un médico le dice que debía hacerlo una enfermera, por lo que la llaman y trabajaron con cuidado en cambiar la venda... dado que podría llegar a una infección y hasta perder la pierna. El primer comentario fue que "en Villaguay habían cometido "mala praxis", pensando que asi podían zafar de algún problema futuro.
  • /Pasó casi 20 días diciendo que el pié izquierdo estaba hinchado, y que el dolor era muy fuerte. En un momento dado, un médico decide hacerle una placa... y reconoce que había una fractura.
  • En cierto momento, la directora Sanchez le mostró una respuesta de la casa de ortopedia le informaba que la prótesis ya estaba autorizada y que en 24 horas la enviaban al hospital. Por lógica, el médico al saberlo se comunica con la firma "Prima Implantes", empresa que fabrica ortopedia, para ver que fecha estimaban... y en realidad esa firma no había enviado nada, sino que había sido una falacia por parte de la misma directora.
  • Esto lleva a comentar también que una señora de 62 años con problemas de quebradura de tobillo estuviera 62 días esperando una prótesis y cuando llegó, los médicos le dicen que no la operarán porque no tienen muchas posibilidades de quedar bien luego de esa cirugía... y le dieron de alta.
  • La responsabilidad en este caso en particular no es de los médicos, dado que no pueden pedir directamente el material necesario sino que deben seguir las reglas por intermedio de su directora.
  • No habrían sido recibidos en otros hospitales porque en realidad Colón cuenta con cinco traumatólogos. 
  • Las cirugías se llevan a cabo en el SMQ y hoy se entiende el porqué de no enviar pacientes al Sanatorio Río Uruguay: la directora Sanchez es socia del SMQ.
  • La desidia con la que se maneja la dirección del Hospital es inaudita y merecedora de un juicio en lo penal por abandono de persona.

Y a todo esto, sumarle:
  • El esposo de Isabel no pudo seguir trabajando dado que debió cuidar a sus hijos al no tener nadie con quien dejarlos.
  • Las hijas mayores perdieron muchos días de clases, y han quedado a sólo dos faltas de quedar libres, dado que tuvieron que viajar para cuidar a su madre cuando la abuela no podía.
  • Su bebé tomaba el pecho, lo que perdió de un día para otro al estar ella internada, lo que sumado al tiempo transcurrido hasta la fecha, ya no recuperará.

La metodología que existe hoy es algo que no se puede entender. El abandono casi literal de las personas internadas a la espera de una solución a su problema parece salido de una película de terror que, de no ser por las enfermeras y los médicos que intentan paliar la situación con las herramientas que tienen a mano, seria abandono de persona con todas las letras.

Y esto es lo que no se entiende, por más iluminada que sea la mente de la persona que lee esto: el intendente fué director del Hospital y la diputada Lambert hizo su carrera allí, y hoy los dos aún están "gestionando" un hospital nuevo.

¿No parece una joda esto? ¿No es algo que si nos lo cuentan, no podemos creerlo? Algún día, ¿veremos las cosas solucionadas? En algún momento, ¿podremos confiar en un Hospital Departamental con todas las letras? El Hospital San Benjamín, ¿podrá ser tenido en cuenta en algún momento para que sea un centro de salud de primera, mejor aún que las clínicas privadas? 

A estas alturas, es de suponer que mientras sigan las mismas autoridades en todo el sentido de la política local la repuesta es una sola: no.

Lucas M. Beber
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