Contaminación consciente (y nadie habla) - Yo Opino

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martes, 18 de julio de 2017

Contaminación consciente (y nadie habla)

A fines del año pasado (2016) y principios de éste, informábamos sobre el grado de contaminación que tenían nuestras playas. Primero se nos trató de golpistas, que queríamos hundir a Colón, que afectábamos al turismo y varias cosas más. Claro, todo esto amparado bajo la protección política gobernante, la gente más... allegada -ponele- atacaba con estas cosas. Hay archivos que demuestran los comentarios, muchos que trabajan en la municipalidad por ejemplo. Hasta un par de amenazas encubiertas por parte del intendente, en una entrevista radial -grabadas, por cierto-. Y curiosamente,  terminaron reconociendo, si bien parcialmente, el tema de la contaminación. Pero claro, la política siempre tiene más poder que la sociedad y luego de una reunión con funcionarios de la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay), misteriosamente los informes se cambiaron. Y eso también es demostrable, dado que los archivos existen. En el medio pasaron muchas personas por el hospital con gastroenterocolitis, hasta verse desbordado,  pero  no se hizo nada: las piletas de oxidación siguen estando igual, las cloacas desembocan directamente al río o a los arroyos (y luego al río), y seguimos como antes: sin nada hecho y sin algo concreto por parte del municipio.

El día 7 de julio, la CARU presenta el informe bacteriológico de las muestras tomadas el 26 de junio de este año, y volvemos a ver los resultados elevados.

La misma CARU nos indica que los Coliformes fecales no deben superar los 500 UFC/100 ml; la Escherichia coli no más de 126 UFC/100 mL y los Enterococos hasta 33 UFC/ 100 mL.

Pues bien, resulta que en el mismo punto donde se toma siempre, es decir, en el balneario Inkier (latitud -32,2276, longitud -58,12745) las medidas son: Coliformes fecales: 8200 ufc/100 mL, E.coli: 6100  ufc/100 mL y Enterococos por 1110 ufc/100 mL.

Claro, la "tranquilidad" que tenemos ahora es que no es temporada alta, por lo que el río puede estar así de contaminado -o más- hasta quizás noviembre. Obviamente, en ese mes y los siguientes, los valores seguirán en ascenso al menos hasta que la misma CARU negocie una vez más con el municipio y coloque números menos peligrosos.

El proyecto GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) es, hoy, una quimera. No hay planificación eficiente para una solución rápida a este problema que nos agobia y de acuerdo a la Secretaría de Obras Públicas, las piletas de oxidación podrían limpiarse y pasar así de una utilización del 5% al 50%, pero no hay información específica, al menos pública, sobre la fecha de inicio de los trabajos de limpieza y mantenimiento, tareas que no se hacen desde hace ya  más de 5 años.

Soluciones definitivas para controlar la contaminación no tenemos. Y por lo visto, no las vamos a tener por bastante tiempo más, al menos hasta que cambie un poco la mentalidad gobernante.

Lucas M. Beber
#YoOpino2017