Las declaraciones del intendente de Caseros Oscar Francou respecto a los jubilados llegaron a medios nacionales, con todo tipo de títulos.
La cuestión no es quizás tanto lo que dijo sino quién y cómo lo dijo, es decir, lo dijo un político. Y no sólo eso, sino un político en funciones. Y vecinalista. Un intendente. Y avalado por otro intendente vecinalista... de Colón.
Tal como dice el mismo Francou en la nota, la situación de los jubilados hoy no es nueva, viene desde hace años. Muchos años. Y fue provocada por, qué casualidad, personas como él: políticos. No importa de qué color o signo sean o hayan sido esos políticos.
Entonces, con ese mismo criterio y ya que los políticos ganan fortunas al mes en relación al resto de quienes trabajan, y que por cada 5 que ya no están, aparecen 10 nuevos (idéntica proporción a la brindada por Francou)... ¿qué pasaría si la ciudadanía empieza a decir que habría que esperar a que "dejen de existir" los políticos para que quede más plata para los empleados públicos que sí trabajan?
Es más, hasta se podría inventar un juego tipo "El Calamar", cada cuatro años y coincidente con las elecciones generales, y deberían participar todos los políticos que quieran gobernar, desde el presidente pasando por diputados y senadores nacionales y provinciales, gobernador, intendentes, concejales, jefes de comuna... todos.
Los que ganaran el juego habrían demostrado que pueden gobernar cuatro años y que, a la primera comprobación de cualquier acto de corrupción, afuera. Y quienes perdieran, no tendrían la posibilidad de presentarse nuevamente.
Porque si se dice que se deben dejar de vivir muchos jubilados para que los otros jubilados que sobrevivan puedan ganar más, entonces lo mismo habría que hacer con ellos, con los políticos.