(*) por Julián Santana
Si a quien lee este informe hoy le preguntáramos “cree que en lo que va del año, 7 de cada 10 jubilaciones fueron sin aportes”, ¿lo creerÃa?
Si, hoy la mayorÃa de las jubilaciones aprobadas en los últimos quince años se llevó a cabo sin aportes y sólo en el primer semestre de 2024 representaron el 70% del total, una proporción que deja en evidencia las dificultades de sustentabilidad del sistema previsional, reduce a una proporción mÃnima entre aportantes y beneficiarios y reactualiza la discusión sobre la necesidad de reformular un régimen laboral que desalienta la formalidad (para que tomar un empleo formal “en blanco” si logro tener los mismos beneficios están informal o “en negro”).
El 59% del total de beneficiarios de jubilaciones y pensiones accedió al beneficio mediante una moratoria, es decir, sin haber completado la totalidad de los aportes que exige la ley, según las estadÃsticas de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) a junio de 2024.
Es decir que de los 7,2 millones de beneficiarios hay 4,3 millones de jubilaciones y pensiones otorgadas bajo regÃmenes administrados por la ANSES, una proporción que denota un desequilibrio preocupante, cuyo origen desafortunadamente está en la legislación laboral y previsional actual.
Si analizamos la evolución de las nuevas jubilaciones y pensiones que se van otorgando año a año, se encuentra que cada vez más beneficios se otorgan en el marco de moratorias previsionales. Sólo el 25% de las jubilaciones y pensiones que se otorgaron en 2023 fueron sin moratoria (o sea se hace de un beneficio quien trabajó 30 años y religiosamente hizo su aporte). Mientras que en el primer semestre de 2024 la proporción fue del 30%».
Esto nos da cuenta que la dependencia cada vez más generalizada de las moratorias responde a que la tasa de informalidad laboral es alta.
Hoy con pagar una moratoria con un aporte de $ 30.000 o anotándose a un monotributo puede completar años de aporte y jubilarse, claro que con una proporción de 1 a 10.
Para citar estadÃsticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que la ubicó en un 50,4% el año pasado, mientras fue del 37,6% en Brasil, 26,4% en Uruguay, y en paÃses de la OCDE es menor al 5%, o sea, casi todos han aportado por 30 años con la consiguiente CAPITALIZACIÓN que esos ahorros logran, cosa que las moratorias no hacen.
Un mercado laboral con elevadas tasas de informalidad, sumado al crecimiento de las moratorias, ha llevado a una mayor crisis en el sistema previsional debido a que se llevó la proporción aportantes-beneficiarios a niveles que ya son insostenibles.
En cantidad de personas, el número de jubilados y pensionados SIN MORATORIA aumentó apenas 1,65%, a 3,25 millones de personas.
En cambio, el número de beneficiarios con moratoria subió de cero (0),si de nada a 3,63 millones (12% más que los jubilados y pensionados sin moratoria). En total, hay 1,51 beneficiarios con moratoria por cada beneficiario sin moratoria.
Desde el lanzamiento de la Moratoria Previsional en 2005, las sucesivas iniciativas de este tipo contribuyeron a ampliar la cobertura previsional en Argentina a más de 90% de los mayores de 65 años. Sin embargo, esto también afectó la sostenibilidad del sistema previsional.
Según datos oficiales a junio de este año ya tenemos 1,51 aportantes por beneficiario, cuando la proporción sostenible es de 4,3.
Para ser sostenible el sistema previsional requiere de 4,3 personas activas por cada pasivo, pero con datos a diciembre del 2021, dicha tasa es de 1,6, es decir, que actualmente por cada jubilado existen menos de dos personas trabajando (y aportando).
NADA ES GRATIS, La consecuencia de esta situación es que el financiamiento de la seguridad social depende cada vez menos de los aportes que hacen los trabajadores y empresas y, en cambio, cada vez más de otras fuentes de financiamiento para cubrir los faltantes, préstamos internacionales, o desvÃos de fondos de otra cajas.
En el año 2024 solo el 51% de los recursos de la ANSES correspondió a Aportes y Contribuciones Sociales, mientras que el 41% estuvo explicado por el redireccionamiento de los ingresos por impuestos que no están directamente vinculados al trabajo, incluyendo el IVA, el Impuesto a los Combustibles LÃquidos, Monotributo, el Impuesto al Cheque, Cigarrillos y el Impuesto PAIS, correspondiendo el 8% restante a rentas de la propiedad derivadas del Fondo de GarantÃa de Sustentabilidad (FGS) y otros ingresos.
Quien lee esto se dará cuenta que el tema jubilaciones sin aportes es una verdadera aspiradora de recursos y una fuente inagotable de adopción y apoyo polÃtico, ya que, “quien no ha votado en algún momento al movimiento que hizo que su madre/padre/abuela AHORA TENGA SU JUBILACIÓN” o acceda a préstamos del ANSES.
Ese 41% de falta de aportes, si o si debe ser cubierto por recursos genuinos, o sea se deben integrar mas trabajadores formales a aportar al sistema.
Esta situación se ha visto agravada por el hecho de que en los últimos años se utilizó la liquidez del FGS para financiar el gasto público y sostener las paridades de la deuda del Tesoro.
Según los informes publicados por la ANSES, a diciembre de 2023 el 74,6% de la cartera del FGS correspondÃa a tÃtulos públicos nacionales y de entes estatales.
La cuenta SIEMPRE tiene la misma pregunta……de dónde se sacan fondos para dar jubilaciones “gratis” que no sean con más impuestos o desviar fondos de otras cajas del estado?
Seguiremos creyendo en los Reyes Magos?
(*) QUALITY Plus / Grupo QUALITY