El presidente comunal estaba triste porque recibÃa muchas criticas acerca de la falta de obras en la comuna. La gente se quejaba constantemente y eso no le permitÃa vivir en paz y gobernar como él querÃa realmente.
Un buen dÃa aparecieron en la comarca dos personas, según ellas, propietarias de una empresa nueva pero con la mejor tecnologÃa del mundo, ofreciendo sus servicios al presidente. Lo más importante, decÃan, era que ese producto que ellos habÃan patentado era único en el mundo, no habÃa otro igual y podÃa solucionar los problemas de cualquier ciudad.
El presidente, curioso, pidió explicaciones y le dijeron que sólo las personas inteligentes podrÃan ver los resultados una vez que ellos, sin ayuda de nadie, realizaran las obras. Los tontos no la verÃan y negarÃan cualquier cosa que les mostraran, pero las personas inteligentes como el presidente podrÃa verlas.
Preso de su curiosidad y ansiedad por verlo, el presidente les ordenó que hicieran algo como muestra, y les pago una pequeña fortuna por adelantado. Los visitantes desplegaron una lona enorme en una cuneta, se metieron en el lugar con una enorme valija, una computadora portátil y una cámara de fotos. En sólo media hora salieron, quitaron la lona y... si bien para el presidente todo seguÃa igual, no se atrevÃa a mencionarlo porque iban a pensar que era un tonto.
En ese momento, los especialistas le mostraron unas fotos y un video del lugar, donde se veÃa todo arreglado y en perfectas condiciones, todo nuevo, y hasta con la misma gente que estaba en el lugar.
El presidente comunal dio un discurso y mostro el video en una pantalla gigante, mientras la gente, para no ser tratada como tonta, lo aplaudió.
Sin embargo, un chico destruyó la fantasÃa: "el video está hecho con inteligencia artificial".
Moraleja: cualquier parecido a la realidad es... real.
Adaptación del cuento "El nuevo traje del emperador" de Hans Christian Andersen