El 10 de Boca: Patota Potente - Yo Opino

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martes, 4 de febrero de 2025

El 10 de Boca: Patota Potente


Dirigido por Rogelio Domínguez, Boca en el 73, 74 y 75 desplegaba un fútbol total. Netamente ofensivo, que lamentablemente para sus hinchas, no pudo conseguir un título. El armador y cerebro, fue Osvaldo Potente, conocido popularmente como Patota o Cabezón. En esos recordados campeonatos generó juego, dibujó gambetas y marcó goles, pero también asistió una y otra vez a Mané Ponce; al Picky Ferrero, al Tula Curioni y a Carlitos García Cambón. Potente, se transformó en ídolo de la hinchada. Hasta Diego lo seguía en sus épocas de adolescente, como lo recordó en alguna entrevista.
Osvaldo nació en 1951 en Parque Chacabuco y desde sus primeros pasos tuvo como juguete favorito a la pelota. En esa niñez su primer contacto con el fútbol fue en el club Crisol de Pompeya, de donde también surgió Cacho Saccardi. De familia boquense, todos los domingos lo llevaban a la Bombonera. Con sus ocho y nueve años, en la tribuna, se enamoró del Xeneize y descubrió a su gran ídolo (y el de muchos) Ángel Clemente Rojas.
Como era de esperarse, a los 10, empezó a formar parte del club de sus amores. Sus primeros entrenadores, Juan Evaristo y el Nano Gandulla, le enseñaron el oficio y descubrieron que tenían a una joya en el club. Osvaldo realizó todas las divisiones inferiores en el Xeneize y en 1971, aún con 19 años, José María Silvero lo hizo debutar en primera, el 18 de junio del 71 ante Banfield. Ese partido, Boca ganó 2 a 1 con un gol del debutante. Una noche espectacular para el protagonista, no solamente por cumplir uno de sus sueños, jugar con la primera, sino porque compartió equipo con su gran ídolo de pibe: Ángel Clemente Rojas. Ese año disputó los Juegos Panamericanos de Cali, luciendo la celeste y blanca. Ese 71, el pibe de las inferiores marcó dos tripletes, el primero a Atlanta (4-0) y el otro a Vélez (5-0).
Por sus características, enganche, goles, con un fuerte disparo y cabezazo (sin ser alto) y hábil en el mano a mano, el Cabezón se ganó la titularidad en 1972, que explotó al año siguiente en el 73. Tanto generaba ese pibe que al principio lo quería la Juventus y Alberto J Armando lo declaró patrimonio de Boca. También lo quisieron los españoles, el Málaga y el Atlético Madrid, pero no lo vendieron. Patota con la llegada de Domínguez terminó de meterse en el corazón de la hinchada boquense. Además, se transformó en verdugo de River. Le hizo siete goles en los Superclásicos. ¿Quién no recordará esos choques electrizantes que mantuvo con Mostaza Merlo? Imperdibles
Con la camiseta Azul y Oro, disputó un total de 196 partidos y marcó 79 goles. La foto que ilustra el posteo corresponde a un partidazo de Patota fue un 22 de septiembre de 1974 en el que el Xeneize goleó a Argentinos Junios por 7 a 1, con tres de Osvaldo. Ese año marcó cuatro también en el 9 a 0 a Puerto Comercial.
Tuvo encontronazos con el Toto Lorenzo y en 1976 lo cedieron a Rosario Central. Fueron dos años y medio en el Canalla y un paso por el The Strongest, campeón en el fútbol boliviano, participando de una Libertadores. En el 78 el Toto lo pidió de nuevo y allí estuvo hasta 1980.
Muchos recordarán cuando José María Silvero asumió la conducción de Cambaceres en 1983 y Patota terminó despidiéndose del fútbol, como jugador del Rojo de Ensenada. Antes había estado en San Lorenzo de Mar del Plata. Posteriormente regresará al club de sus amores como entrenador de la Reserva y de manera interina tras las partidas del Cai Aimar y el Maestro Tabárez. Patota un símbolo de Boca en los primeros años de la década del setenta.

Fuente|Fulvence Futbol Retro