En la naturaleza existe la bacteria "Clostridium perfringens". Es responsable de la gangrena gaseosa, una infección devastadora que, al entrar en contacto con tejidos dañados, destruye rápidamente lo que toca. Lo "come".
Esta bacteria no solo se multiplica rápidamente, sino que lo hace liberando toxinas que destruyen tejidos sanos, generando una infección masiva.
Hay algunos "partidos políticos" (ejemplo, el vecinalismo) que crecen y se propagan, erosionando la confianza pública y desintegrando las bases del sistema que deberían fortalecer. A través de promesas vacías y discursos llenos de música y colores, se aferran al poder sin importarles el daño que ocasionan, sin que la sociedad se percate de la infección generada hasta que es demasiado tarde.
Al igual que esta bacteria, estos partidos se infiltran en el sistema, alimentándose de las debilidades sociales y políticas, descomponiendo todo lo que encuentran a su paso.
Como la gangrena gaseosa que se extiende sin control, estos partidos (por ejemplo el vecinalismo) infectan y distorsionan la realidad, transformando una ciudad en herramientas de interés personal o de grupo, y dejando atrás una sociedad fracturada y debilitada. El crecimiento y progreso se ve entonces amenazado, y el tejido social pierde su solidez ante la corrupción y la desconfianza.
La lección es clara, lo estamos viviendo día tras día en nuestra ciudad y nadie parece darse cuenta aún... hasta que sea demasiado tarde y la infección sistémica no pueda erradicarse.