Foto|Tribunal Electoral E.R.
por Celso Villamayor
No fue fácil, nada fue fácil. Después de una dictadura cruel, sangrienta, con hermanos desaparecidos, con expropiación de bebes, con compañeros tirados al mar, con hijos sin sus padres, volvimos a recuperar la tan ansiada democracia en nuestro país.
La gente festejaba, estaba jubilosa de haber ingresado a una etapa de libertad plena, donde se comenzaban a reconocer derechos y juzgar a los genocidas.
Yo me encontraba convaleciente después de una terrible enfermedad y posterior operación, pero igual observaba los cambios que ocurrían en nuestro país.
Las lucha por un salario digno estaba siempre presente, como en nuestros días, pero pedías andar por la calle sin que nadie te interrogue que andabas haciendo, podias jugar un metegol, pool o billar sin que te pongan contra la pared para pedirte documento de mala manera.
Podías gozar de tus derechos individuales sin molestar a los demás, era una democracia novel, había que aprender a convivir en una sociedad más justa, equitativa y en igualdad de condiciones.
A pesar de que solo fueron pocos los años de dictadura parecieron eternos por las aberraciones que cometieron, pero el pueblo conquistó con sus luchas esta perfectible democracia que seguro habrá que trabajar más para mejorarla, pero que sin dudas es la mejor para una sociedad libre y en un estado de derecho.