En polÃtica, las palabras no solo son herramientas sino también espejos. Modificando un poco una famosa frase, "Lo que Juan dice de Juan..." cobra especial relevancia cuando vemos a ciertos personajes de la polÃtica que insisten en afirmar que cuentan con un amplio respaldo popular, mientras que en la realidad el apoyo es más reducido de lo que declaran.
Es común ver cómo los polÃticos buscan proyectar una imagen de liderazgo fuerte y cercano al pueblo, publicando fotos y videos en redes sociales, asistiendo a eventos públicos y repitiendo frases sobre la importancia de "escuchar a la gente". Colón es un ejemplo de eso.
Sin embargo, muchas veces estas afirmaciones no se corresponden con la realidad, sino que sirven para alimentar la narrativa personal, el ego, la soberbia. Colón es un ejemplo...
Este tipo de comportamiento o actitud revela más sobre el propio polÃtico que sobre su relación con los ciudadanos. El hecho de insistir en que "la gente lo sigue" oculta algo: la necesidad de validación, un intento de compensar la falta de apoyo real o, a veces, un desconocimiento de las verdaderas demandas sociales. Colón es un ejemplo.
Al final, lo que un polÃtico dice sobre su influencia es sólo el reflejo de su inseguridad, ambición o deseo de mantenerse en el poder, más que un retrato fiel de la realidad.
Algo es fundamental: que la gente aprenda a mirar más allá de las palabras, a escuchar y cuestionar las declaraciones y, principalmente, a observar las acciones concretas de sus polÃticos.
Y algo no menos importante: muchas veces el polÃtico confunde el hecho de ser "seguido" en las redes sociales con la realidad de seguirlo a él como polÃtico. Y Colón sigue siendo un ejemplo...
Porque, como dice la frase, lo que un polÃtico dice de su relación con la gente habla más de él mismo que de su "conexión" con la gente.
Y una vez más, Colón es el ejemplo.