La "necesidad de aprobación" se define en psicologÃa como un patrón de comportamiento, en el que el individuo busca constantemente la validación y el reconocimiento de los demás para sentirse valioso y aceptado.
En nuestra ciudad, quien ocupa el sillón de la intendencia está claramente afectado por ese patrón de comportamiento, lo que a las claras afecta la eficacia y la transparencia de la "gestión".
Uno de los principales problemas es la toma de decisiones basada en la medición de aplausos, likes y reproducciones de video priorizando puestas en escena, en lugar de utilizar como unidad de medida la racionalidad, la prioridad y la solución efectiva a problemas reales.
Además, este patrón está fomentando un entorno de conformismo y falta de innovación. Los polÃticos en general tienen un miedo permanente al rechazo y es común ver como evitan implementar cambios necesarios por miedo a la desaprobación, logrando con esto no solucionar problemas reales e históricos.
La transparencia y la rendición de cuentas también están comprometidas, ya que al buscar la "aprobación" son menos propensos a admitir errores o a enfrentar crÃticas, lo que destruye la confianza de la comunidad en el intendente.
Esto, por otra parte, deja ver la ausencia de liderazgo polÃtico, el cual se basa en fotos y videos... y es a lo que desde prensa municipal nos tiene acostumbrados.
¿Será que en algún momento cambiará?
#YoOpino