El año pasado, concretamente el 30 de octubre de 2016, perdió la vida un turista de 26 años oriundo de González Catán, Buenos Aires, ahogado en la playa del Balneario Inkier, con la altura del rÃo en 5.40 metros.
Los cambios geográficos que pueden producirse luego de una creciente suman al peligro latente de meterse al rÃo, siendo que aún no son reconocidos, teniendo en cuenta, obviamente, la altura de las aguas.
En la foto se puede apreciar una playa con muchos niños y adolescentes dentro del agua bañándose, con una altura de rÃo superior a los 5 metros, con correntada intensa. Y esta foto no es del verano pasado, sino de apenas unos dÃas.
¿Que probabilidades hay de volver a repetir la misma historia de los últimos 2 o 3 años? ¿Deberemos lamentar un ahogado más por la imprudencia municipal donde promocionan la playa todo el año por todos los.medios en todo el paÃs, pero no toman los recaudos necesarios para brindar un lugar seguro y valorar la vida?
En noviembre del año pasado se convocó a los guardavidas, pero sólo después que el turista perdiera la vida. Pero claro si no hay muertos verificables, no conviene invertir en seguridad. Parece que no importa la prevención, en ninguno de sus posibles aspector. Aunque si vamos a la parte matemática, quizás para algunos sea mas conveniente pagar gastos eventuales que prevenirlos.
Lucas M. Beber
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