La ilusión, según la RAE, es el concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
Desde el vecinalismo se vienen empeñando desde su inicio en Colón, allá por 2015, cuando el entonces radical Mauro Godein decidió formar una línea partidaria aparte y postularse para intendente, con la ilusión de llegar al poder, algo que le había sido negado por años.
En ese momento, sólo pudieron hacer ingresar un concejal (José Luis Walser) quien, cuatro años después y luego de un período como edil que dejó bastante que desear, acceden a la intendencia y con eso, al poder. Y lo hacen generando un entorno ilusorio en la gente, tan grande que incluso terminan creyéndolo ellos mismos. En 2019 la ilusión de dos candidatos fue cumplida ya que Walser fue intendente y Godein concejal, sumado a las ilusiones de varios quienes terminaron siendo funcionarios (o funcionales).
Aparecieron ahí frases como "total transparencia", "anti nepotismo", "participación ciudadana", "solución a los problemas históricos de Colón", "valores de la vida privada llevados a la vida pública", y más... generando en la gente una ilusión hasta hoy, vigente en algunos. En pocos, en realidad.
Ya en 2023, la ilusión de renovar el mandato en uno fue cumplida, mientras que la ilusión de escalar puestos en la política de otro también y, claro, también las ilusiones de varios funcionarios. No las ilusiones de los colonenses. Esas no.
Y hoy Colón es lo que es, mal que les pese a muchos, por más que algunos sigan defendiendo algo que ya no tiene sentido defender ni aplaudir, esperando que comience la campaña electoral de nuevo con dos ilusiones: que se hagan algunas obras en serio y que esto mejore.
Por ahora, sólo la primera ilusión podría cumplirse (y a medias), porque justamente estaremos en campaña y necesitarán generar más ilusiones para volver a ganar (el vecinalismo, ya no Walser, él ya debe tener otra ilusión) en Colón.