por Beatriz Saravia
Colón se ahoga en una nube de humo nauseabundo y tóxico.
Desde hace varios días el basural arde. Los bomberos y empleados hacen lo que pueden, pero no alcanza.
Esta desidia y abandono tiene varios responsables.
¿Recuerdan cuando el actual intendente y su esposa hicieron un Vía Crucis caminando descalzos sobre el mismo?. Era su compromiso acérrimo hacia la pobre gente del San Francisco de que compartía su dolor y sufrimiento.
En cada campaña, cada vuelta, el basural y el estado del mismo son cada vez peor, y por supuesto de uso y abuso para conseguir votos.
Luego viene el olvido.
¿Cuántas veces volvió el intendente a caminarlo?
¿Cuántas veces los Concejales y funcionarios de turno van a ver el estado? Y ni hablemos de ocuparse.
¿Alguien tiene real conciencia del estado de nuestro medio ambiente?
Colón boquea asqueado entre un basural que arde, las piletas de oxidación que vuelcan sin control alguno al arroyo de La Leche y luego al río, un nuevo basural que vuelca al Artalaz y nadie muestra, cunetones tapados de basura, un sistema de recolección errático y un puñado de alcahuetes que rodean al intendente y que se han olvidado que Colón también es su hogar.
Anoche, más de media ciudad se ahogaba, tosía y sobre todo respiraba el aire completamente contaminado.
Estamos peor. Peor que antes. Peor que en la anterior intendencia del mismo Intendente cuando, como había reelección de frente, aunque sea se disimulaban algunas cosas.
Ya no. Hasta el año próximo, seguramente, cuando empiecen a hacer campaña de nuevo, cuando haya que convencer de nuevo a la gente que el basural se mejora, que las piletas se mudan, que las calles se arreglan, y poniendo alguna que otra luz, y pasando algún pincel por ahí, los colonenses, tengamos otra vez la misma mentira, cada vez más difícil de disimular.
