Un testimonio que te hará pensar... - Yo Opino

Lea ahora

viernes, 4 de julio de 2025

Un testimonio que te hará pensar...


Compartimos el testimonio de Luisina Zalazar...

Soy Luisina Zalazar, Luiza para mis amigos, Lui para mi familia y hoy te quiero contar mi experiencia para que veas que no sos el unico y no estas solo como pensaba yo en los primeros tiempos.

Nací el 10 de agosto de 2001, pero reviví el 3 de julio de 2024.

Dias antes tome coraje y trague orgullo y me animé a hacer algo que me costaba un montón: llamé a mi mamá y le pedí que me fuera a buscar. Estaba en la ciudad donde estudiaba, pero ya no aguantaba más. No disfrutaba nada, no podía vivir sola, me sentía perdida, con la cabeza llena de pensamientos horribles, y sin saber a quién pedir ayuda.

La facultad, que era lo que me motivaba, ya ni eso podía sostenerme. Mi corazón latía a mil, sentía que me iba a morir. No podía ni entrar al predio porque me descomponía, no podía estar en mi departamento porque me ahogaba… y así con todo.

Ese domingo mi mamá me fue a buscar y me trajo a casa. Me sacó turno con el psicólogo, y gracias a Dios, y a que contamos con los recursos para poder pagar ese tipo de atención, me atendió esa semana. Después de una larga charla, me derivó de urgencia al psiquiatra, que también me atendió ese día. Y ahí empezó a cambiar todo.

Después de varios diagnósticos, el que más resaltó fue depresión. Y todavía hay gente que no puede creer que alguien que se muestra alegre, con energía, como suelo ser yo, estaba sufriendo tanto. Pero eso es justamente lo que quiero dejar en claro: no todo lo que mostramos es lo que realmente estamos viviendo por dentro.

Con el tiempo, con muchas terapias, psicólogo todas las semanas, psiquiatra cada 20 días, pasé por muchos diagnósticos y muchos medicamentos. Algunos me hacían dormir todo el día, otros me hacían engordar, adelgazar, tener erupciones en la cara, dolores de cabeza, dolores musculares, un cansancio extremo… y muchas noches terminando en el hospital por ataques de pánico.

Pero todo eso fue parte del proceso. Y hoy, después de todo ese camino, puedo decir que estoy mejor. No perfecta, pero estable, sintiéndome un poco más yo.

Yo, Luisina Zalazar, después de un año puedo estar contando esto porque, por así decir, tuve la suerte de tener a mi mamá, que pudo costear todos mis tratamientos y medicamentos. Porque la realidad es que las obras sociales casi nunca cubren lo que uno necesita, y todo es carísimo.

Pero no todos tienen la suerte de Luisina Zalazar. No todos los chicos están bajo la protección de alguien que los abrace, los escuche o los ayude a hablar de salud mental. Por eso, si estás pasando por algo así, hablá. Pedí ayuda. No te guardes nada. Porque sí, se sale, pero no solo.

Mucha gente te va a decir “soltá”, “todo pasa”, “mirá para adelante”… pero cuando estás mal, esas frases no te sirven. No podés ver más allá, no podés pensar en el futuro si sentís que no vas a llegar a mañana.

Cada día pido que este país empiece a darle verdadera importancia a la salud mental. Que sea pública, buena y accesible. Que las municipalidades, o quienes correspondan, empiecen a organizar charlas, espacios de escucha, algo para esos chicos que se sienten solos y no pueden costear ni una sesión.

Y si esos espacios existen, me encantaría poder difundirlos. Porque no hablo de esto por política, hablo desde la experiencia. Porque sé lo que es sentirse mal, sentirse solo incluso teniendo una familia. Y no me quiero imaginar lo que debe ser sentir eso, pero sin nadie o sin recursos.

Yo sé que voy a salir de esto. Cada día estoy un poco mejor. Sé que a veces son dos pasos para adelante y tres para atrás… y otros días son cinco pasos para adelante y ninguno para atrás. Pero sé que la vida me va a premiar, que voy a estar bien de vuelta, y que todo este proceso no va a ser en vano.

Obviamente quiero agradecerle a mi mamá, por sobre todas las cosas. Porque estuvo siempre, todos los días. A MIS DOS GATAS que sin ella yo no estaría. A mis amigos, que me bancaron desde el primer momento. A los que estuvieron en las primeras etapas del proceso, a los que siguen estando, y a todos los que me ayudaron de una forma u otra. Les mando un beso enorme.

Y como siempre digo: la salud mental es lo más importante. Más que una nota en la facultad, más que cómo te va, más que tener trabajo o amigos. Todo eso importa, sí, pero si no estás bien de la cabeza, no podes disfrutar nada. La salud mental no se jode. Hablalo, pedí ayuda. De verdad, se puede salir. 

Si estás pasando por algo así espero que esto te haya hecho reflexionar y te mando un abrazo enorme y un enorme consejo: NO TE DEJES ESTAR POR MIEDO AL QUÉ DIRÁN❤️✨🌺