por Celso Villamayor
Un año distinto, difícil, que nos pone a prueba diariamente...
En el epílogo de este año 2024 y sin hacer un balance, sólo en el aspecto personal o familiar es que sostengo que fue un año distinto, difícil, que nos puso a prueba para ver cuánto de capaces somos de buscar una salida favorable y sortear las dificultades que se nos presentan, o si esta realidad nos paraliza de tal manera que no podemos avanzar en nuestras vidas.
Lo cotidiano, lo diario nos marcó a fuego. Fueron días y meses difíciles socialmente hablando. En las adversidades es cuando uno debe controlarse, tener paciencia y buscar una solución a los problemas que se nos presentan.
No siempre se da eso, hay veces que uno se siente agotado, desganado, rendido, y toma aire para volver a empezar. Uno que ya tiene varios años sobre las espaldas sabe que el sufrimiento no es permanente -como tampoco las alegrías- pero sobre eso hay que actuar y disfrutar, vivir este paso por la vida.
Los obstáculos que que a diario se presentan nos demuestran que cada vez hay que poner más de uno y más ganas para sortearlos y soportarlos. El individualismo nos ha ganado una partida grande, no se sale solo de los problemas, no hay que dejarse llevar por eso.
Lo colectivo y social es lo importante, no porque a uno le vaya bien debe dejar de lado al otro. Si se puede ayudar se ayuda, como decían nuestros padres y abuelos.
La vida es una rueda: a veces estás arriba y a veces abajo. Obvio, párrafo aparte para los que manejan el poder, ya que tienen más responsabilidades y deberían ser los primeros en hacerlo.
No se puede gobernar con procesos utópicos. El goce de la crueldad, la concentración de la riqueza... Estamos inmersos en un sistema individualista, anti manada.
Un país ficticio con leyes ficticias aprobadas entre gallos y medianoche a cambio de prebendas. Si los que manejan los piolines de esta gran marioneta que es nuestro país hacen oídos sordos, se pagará muy caro en un futuro no muy lejano.