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lunes, 14 de octubre de 2024

Una ciudad sin agua...?


La ciudad de Victoria, ubicada en medio del delta del Paraná, está a punto de quedarse sin agua. La "Coordinadora del Agua", entidad que nuclea a diferentes organizaciones reclama el dragado de las bocas de los riachos tapados por el sedimento que se acumula debido al calado del río a 34 pies para hacer una vía navegable para las barcazas que trasladan las exportaciones granarias.
Con bajante y sequía, la situación se hace dramática. Ante la falta de respuestas de las autoridades, evalúan cortar el puente Rosario-Victoria. “Nos estamos quedando sin agua, real”, enfatiza Ana Julia Bustos, integrante de Taller Flotante.
En el origen de la crisis del agua, está “primero, la Hidrovía, y segundo, la presión de la frontera agrícola, del agronegocio, por el tema del ganado. El principal objetivo, creo que forma parte de una especie de plan, es la pampeanización”, dice Fiol, que se convirtió en ecofeminista en la defensa del Humedal, a partir de las quemas que arrasaron con la tercera parte de la superficie del humedal entre 2020 y 2021.
Lo que provoca el calado a 34 pies es que el cauce principal de la vía navegable funcione como un embudo de agua. Entonces, la laguna Grande y la Del Pescado, reservas de agua para abastecer a Victoria, en lugar de recibir caudal por los riachos, se vacían. En otras ocasiones, el riacho Victoria se vaciaba, pero las otras reservas tenían caudal.
La falta de agua, antes de comprometer -en breve- la provisión de agua potable, trae la escasez de peces y de fuentes de trabajo en Victoria, donde hay alrededor de 1.000 familias que viven de la pesca artesanal.
Carolina Cabrera integra la cooperativa Frutos del Río, también parte de la Coordinadora, y exige que la intendenta Isa Castagnino y el gobernador Rogelio Frigerio tomen cartas en el asunto. Las propuestas que reciben no van al fondo de la cuestión: un pedido urgente para que se draguen de las bocas y se realicen de forma permanente trabajos que impidan la acumulación de sedimentos allí.
Desde que empezó a hacerse acuciante la falta de agua, la Coordinadora realizó manifestaciones públicas, una “pescadeada” e incesantes pedidos de reuniones con las autoridades.
“El plan que tiene la Municipalidad no es dragar las bocas. En realidad, no tiene ningún plan porque prácticamente no puede hacer nada, está juntando firmas como si fuera una sociedad civil, pero un par de Ingenieros municipales están abriendo y cerrando algunos pasos, por los que se escurre el agua del humedal. El problema es el puente Rosario-Victoria, que sabemos que le hizo un tajo al río, a su ecosistema”, expresan.
Esta obra generó un cambio radical en las formas de vida humana y no humana. “Hay una parte del río que ha cambiado de cauce, y los pescadores están muy enojados porque les cortan el paso de los peces”, agrega.
La Laguna Grande está jaqueada porque sus bocas están complicadas. La “Del Bobo” está tapada y la Boya 500 (o “Cuatro bocas”), semi tabicada. Otros 15 arroyitos que suelen llevar agua a Victoria están secos.
El riacho Victoria es la única fuente de agua, pero es una pequeña lonja, irreconocible en relación a su caudal habitual. El nivel está muy bajo, hubo mortandad de peces (por falta de oxígeno). Las imágenes de toda la zona muestran una tierra seca, cuarteada, allí donde corrían ríos, riachos y arroyos.
Para Bustos es necesario que se hagan obras de infraestructura que minimicen el impacto ambiental. “La consecuencia directa de la vía troncal navegable es que se seque el humedal, que es un pulmón para todo el planeta, y que es la esponja que va a hacer que no se te inunde tu casa cuando vengan las lluvias que van a venir”, enfatiza.

Fuente|Pagina 12