Las calles de la ciudad después de cada lluvia parece un pueblo destruÃdo por un bombardeo aéreo. Llueve algo y los pozos aparecen por doquier. No se salva casi ninguna, salvo que estén asfaltadas y con cemento, porque si el asfalto es el que vemos habitualmente, cualquier lluvia hace que en algún lado aparezca un pocito... con el consiguiente riesgo de ampliación después de cada lluvia. Sabemos ya que la parte de bacheo hace lo que puede pero claro, siempre es con el asfalto. Total, las calles de broza dá igual tenerlas como estén, no importa.
Y esto lo vemos siempre, porque la máquina pasa (ya lo hemos puesto en notas anteriores) y no trabaja como se debe, porque arrastra lo que saca de otra parte de la calle y tapa con eso el pozo. Pero no lo apisona, no lo cubre correctamente y la próxima lluvia se lleva el "arreglo". Y otra vez la máquina y asÃ...
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Estado calamitoso de la entrada trasera del Parque Quirós |
Pero bueno, ¿que importa esto? Si de última ahà solo van los chicos que hacen educación fÃsica, algún que otro auto y bicicletas y nada malo puede pasar. Hasta que pase.
Señores, creo que es hora de dejar de planificar tanto e invertir tanto tiempo en pensamientos abstractos de obras que tendrán una duración entre 10 y 12 años para ponerse a trabajar en serio en los lugares que hace falta hacerlo de una vez por todas y sin perder tiempo.
Recuerden el cartel del que hoy es intendente en plena campaña: "las palabras se las lleva el viento, las acciones ni un huracán." Y tiene razón el hombre.
Aunque no dice nada de la lluvia, claro.
Lucas M. Beber
#YoOpino2017