Por Juan José Jacquet
Mientras una fila de satélites cruza la noche de Concordia, una madre se pregunta ¿Para qué gastan plata en eso y yo no tengo para darle de comer a mis hijos?
La dureza de la pregunta nos cachetea el alma.
Detener la exploración espacial y dejar de ser la ciudad más pobre de la Argentina son caminos que no se cruzan.
¿Cómo le explicamos que su triste presente no es culpa de los cohetes?
¿Cómo decirle que cada peso invertido en mirar hacia arriba vuelve en soluciones terrestres?
Estamos como estamos porque personas que viven en su misma provincia y toman decisiones no lo hacen mirando el cielo, sino su ombligo.
Si lo hicieran, ella y su familia estarÃan mejor.
No hablo de regalar, sino de darle la oportunidad de poner comida en su mesa.
No se trata de "el espacio o la tierra".
Se trata del corazón ajeno o del bolsillo propio.