Amado y odiado: el "media hora"

Amado y odiado, eterno y breve. Así es el "Media Hora", el caramelo más polémico de los kioscos argentinos.

Inventado en 1952 por Rufino Meana, un asturiano radicado en Uribelarrea (Buenos Aires), este caramelo duro con sabor a anetol (derivado del aceite de anís), generó una grieta histórica: los que lo saborean pacientemente y los ansiosos que lo muerden antes de los dos minutos. Los que lo aman y los que lo odian.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué se llama "Media Hora". Algunos dicen que es por lo que dura. Otros apoyan la teoría que, media hora antes del cierre de la fábrica se limpiaban las máquinas y al dia siguiente esos residuos dulces (azúcar, melaza, glucosa y colorantes) eran mezclados con el anetol, para dar como fruto estos caramelos...

Más allá de las opiniones, el "Media Hora" es historia pura: una reliquia kiosquera que resistió dictaduras, modas, el boom del chocolate... y hasta cruzó la cordillera para venderse en Chile.

Una golosina con sabor a tango. A niñez. A misterio. Y, definitivamente… a algo que no sabés si te gusta o no...