Lo que habría gritado el “Polaco” el gol de Guido Mainero el martes, cuando el Calamar venció sobre el final a Vélez el último campeón. Se hubiera desgargantado; y también lo que hubiese puteado ese gol de Rojas, el sábado, cuando River le empató al Tense. Tal vez ocurrió, no en este plano, sino en otro. A lo mejor San Pedro lo llamó al orden y él, fiel a su estilo le hubiese respondido: “Que orden ni orden. No ves que está jugando Platense”.
Nacido y criado en el barrio de Saavedra de manera inmediata adoptó los colores blanco y marrón en su corazón. A las horas de llegar a este mundo lo hicieron socio. Ahí en el Bodegón el Tábano regaló sus primeros cantos y fue el lugar entrañable para juntarse con la muchachada para hablar de su querido Platense.
“Paris todo muy lindo, pero tenía dos problemas. Uno era la comida. Estuve dos meses comiendo sándwiches, porque como no sabía el idioma, no me entendían nada de lo que pedía, así que tuve que conformarme con lo único que podía decir sándwiches. Y el otro que era más grave todavía era no saber cómo había salido Platense. Todos los domingos a la noche tenía que ir hasta las oficinas de Aerolíneas Argentinas y pedir que me averiguaran como había salido el Marrón” declaró en el periódico de Saavedra “El Barrio” tras una gira realizada por Europa con el Grupo Tango Argentino. Además, en cada entrevista contó que cuando estaba de gira y llamaba a su casa preguntaba por dos cosas. Primero ¿Cómo están los chicos? Y segundo ¿Cómo está Platense?
“Cuando Platense perdía yo no comía y lloraba” le confesó en una entrevista televisiva a Antonio Carrizo, en la que además cuenta que de adolescente intentó probarse en el club, pero no funcionó. ¿Quién no recordará esa otra entrevista con el Gordo Porcel en la que el humorista vestía la camiseta de Racing y el “Polaco” la de Platense?
Miles son las anécdotas que acompañan al “Polaco” con su Platense. Desde sus desaforados gritos de gol, hasta sus tristezas profundas en las derrotas. Muchas veces el mismo domingo o sábado, veía al Marrón y se iba directo a brindar sus shows.
Según los testigos, cuentan que eran imperdibles esas discusiones entre amigos por el fútbol. Por un lado, el Polaco defendiendo al Calamar y por el otro Aníbal Troilo hablando de su querido River. Se habrá armado revuelo el sábado pasado allá arriba. Imaginate a los dos sentados en una mesa. El griterío del Polaco con el gol de Ignacio Vázquez, incluido el blooper de Armani y después la revancha de Pichuco con el empate del paraguayo Rojas. San Pedro alterado.
Hincha, socio vitalicio, amigo de los jugadores y embajador de Platense en el país y en el mundo. El club de sus amores lo recuerda eternamente a través de una tribuna con su nombre Roberto “Polaco” Goyeneche.
Fuente|Fulvence Fútbol Retro (Facebook)
