Este 31 de diciembre marca el cierre de un año que, para muchos, dejó huellas profundas en lo personal y lo colectivo, que fue testigo de innumerables luchas, momentos de alegría y también de tristeza.
Hubo quienes pelearon la dura batalla de llevar el pan a su mesa todos los días, mientras otros enfrentaron problemas de salud, logrando resolverlos con entereza o continuando en ese camino. Este año también nos dejó despedidas dolorosas. Cada silla vacía en la mesa recuerda a quienes partieron, pero también valoramos la buena compañía que nos queda, los momentos compartidos y la esperanza de seguir adelante.
En el plano político y social, el 2024 estuvo lleno de contradicciones: mientras muchas familias luchaban por llegar a fin de mes, los políticos encontraron la forma de llenarse los bolsillos, ajenos a la dura realidad de muchos. La salud pública sigue colapsada, y muchas de las obras prometidas quedaron en el discurso, dejando a la ciudad esperando soluciones reales.
Sin embargo, al despedir este año también abrazamos la esperanza: que el 2025 traiga menos "humo" político y más acciones concretas, que sea un año donde el compromiso político nos acerque a una sociedad más justa y equitativa.
Hoy alzaremos las copas por lo vivido y lo aprendido, deseando que el nuevo año nos encuentre unidos, con energía renovada y la mirada puesta en un futuro mejor.
Feliz 2025!!
