La administración vecinalista walseriana está más orientada a la creación de contenido en redes sociales que a resolver los problemas reales. Mientras el intendente multiplica fotos y videos en sus perfiles sociales, los reclamos se acumulan sin respuesta.
Desde diciembre de 2019, la gestión local parecería estar también bajo la influencia de su secretaria privada, y esta situación ha generado dudas sobre la dinámica de poder y la "transparencia" en la toma de decisiones.
Uno de los puntos más críticos es la falta de obras en las calles, algo que para los ciudadanos se ha vuelto crítica. Fuera de la zona turística, Colón enfrenta una decadencia general: calles destruidas, falta de infraestructura, un servicio de recolección de basura irregular en los barrios y mucho más...
A esto se suma la falta de transparencia en los actos de gobierno, con información pública que no es pública, dudas en los llamados a licitación y concursos de precios, dejando sombras por donde miremos.
Además, en redes sociales las críticas hacia la administración se multiplican, mientras que en la calle el silencio manda. Muchos vecinos prefieren no expresar sus opiniones por temor a posibles represalias, algo que se repite con este gobierno que dijo "ser distinto" y "mejor".
Esta situación hace que las redes sociales se conviertan en el único espacio donde se manifiestan las quejas, aunque sin generar cambios reales en la gestión, a pesar que en Colón se gobierna por redes sociales...
Por otro lado, se comenta que la secretaria privada y esposa del intendente estaría formando un grupo vecinalista de cara a las elecciones de 2027. Por un lado, es un intento de perpetuar el poder y que todo siga cubierto de humo brillante; y por otro, muestra la falta de gente que quiera comprometerse a cambiar esto de una vez por todas.
Mientras tanto, tenemos más pantalla, brillo, likes y corazoncitos en las redes sociales, y ninguna acción concreta.
