(Primera parte)
Transcurría el año 1920 en nuestra ciudad que crecía impulsada principalmente por una profusa actividad portuaria.
Precisamente un 25 de mayo, en la calle céntrica denominada entonces “Centenario”, con su característico ripio, su joven arboleda y las casonas de estilo, se vivió uno de los acontecimientos sociales y culturales más importantes de la época, un hecho que marcaría profundamente la vida artística, cultural y social de Colón durante décadas, incluso hasta nuestros días, convirtiéndose en un bien patrimonial de enorme valor para los colonenses.
Ese 25 de mayo de 1925, por iniciativa de Luis González y sus hermanas Isabel, María del Pilar y Rosa, con una construcción de estilo italianizante con influencias coloniales, a cargo del arquitecto José Brovatti, se inauguraba el Teatro Centenario.
La sala abrió sus puertas a un público que colmó totalmente sus instalaciones, iniciando su actividad con la presentación de la "Compañía de Teatro de Eloy Álvarez", de la ciudad de Buenos Aires.
Entre las primeras figuras que pisaron las tablas del teatro encontramos a celebridades de la época como Eloisa Cañizares y Libertad Lamarque.
El cine mudo fue otro actor central en su recinto, animado por el pianista Schiafino y una mínima orquesta estable, dirigida por Carlos Bonfilio. El mismísimo Carlos Gardel estuvo en la programación, hecho que no se concretó por razones de enfermedad que lo obligaron a volver a Buenos Aires después de sus actuaciones en Paysandú y en el Cine Gran Rex de Concepción del Uruguay.
Un inicio que, visto desde hoy, nos revela con claridad una época donde el Teatro Centenario fue epicentro del encuentro y las relaciones sociales de los colonenses a través de la cultura, el arte y el sano entretenimiento...
Pero la historia continuará...