La envidia es un sentimiento complejo, aparece cuando una persona desea lo que otro tiene, ya sea éxito, habilidades, e incluso relaciones. A diferencia de la admiración -que impulsa a superarse-, la envidia nace de la comparación constante y la autopercepción de inferioridad.
Este sentimiento puede tener un origen profundo, vinculado a la inseguridad, la baja autoestima y la necesidad de validación pública constante.
Cuando la envidia se instala no solo deteriora las relaciones existentes, sino que también afecta a quien la siente, ya que provoca frustración, resentimiento y una insatisfacción constante con lo propio, con lo que hace, con lo que tiene, con lo que es.
A largo plazo, la envidia se suele transformar en amargura y afectar la salud emocional, impidiendo disfrutar los logros personales. Y esto sucede aún cuando la persona afectada por ese sentimiento haga cursos de autosuperación.
La envidia está en todos los ámbitos, es perceptible a simple vista y, dependiendo de la "llegada" o audiencia de la persona envidiosa, suele provocar que la constante validación pública buscada en realidad se transforme, y en quienes lo escuchan termine generando... lástima.
